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LA ESPECTROSCOPIA, O ,DE QUÉ ESTÁ HECHO EL SOL?

             A pesar de que ya son varias las generaciones que han crecido dando los viajes
             intergalácticos por supuesto, gracias a la ciencia ficción, el hombre solo ha sido
             capaz de llegar a la  Luna unas pocas veces. El  conocimiento que se tiene de
             otros planetas y galaxias no es fruto de haber ido hasta allí, sino de lo que nos
             llega de allí. Eso es especialmente cierto si se piensa en el Sol y otras estrellas.
             Por muchos viajes en el  hiperespacio que hagan los personajes de ficción, ni
             siquiera ellos se atreverían a acercarse en exceso al Sol.  Entonces, lcómo se
             sabe que el Sol está compuesto fundamentalmente de hidrógeno, un poco de
             helio y cantidades ínfimas de algunos elementos más pesados? Ello es posible
             gracias a la  luz que emite el  astro; en  concreto, a las  líneas espectrales. Fue
             Newton el  primero en  darse cuenta de que la  luz natural está compuesta de
             toda una serie de colores, los colores del arcoíris. Con el  uso de un prisma ob-
             servó que la  luz blanca habitual era el  resultado de la  combinación de varias
             «luces» distintas, y que cada una de ellas se podía estudiar por separado. Pero
             no todas las luces son blancas. Si calentamos, por ejemplo, el cobre, se obtiene
             una luz azul verdoso; el litio proporciona una roja, y el sodio, una amarilla. Cada
             elemento químico tiene una  tarjeta de visita propia: su  luz. Así,  a lo largo del
             siglo x1x  se desarrolló la ciencia de la espectroscopia, que consistía en analizar
             el tipo de luz emitido por cada sustancia química. La técnica era relativamente
             sencilla. Primero se calentaba la sustancia a estudiar, en estado gaseoso, hasta
             que emitiera su luz propia. Esta se hacía pasar por un prisma que descomponía
             la luz, como en el caso del arcoíris. Finalmente, como esta descomposición era
             minúscula, se observaba a través de un microscopio el espectro obtenido -los
             colores-. De este modo se fue disponiendo de información cada vez más pre-
             cisa del espectro de cada elemento. Una vez conocidos al detalle los espectros
             de los elementos propios de la Tierra, se pudieron comparar con el  espectro
             de la  luz enviada por el  Sol  y por otros cuerpos celestes.  Así,  al  coincidir en
             gran medida el  espectro de la  luz solar con el  del hidrógeno, se infirió que el
             Sol estaba compuesto fundamentalmente de este elemento.










             El  espectroscopio
             desarrollado por
             Gustav Klrchhoff
             y Robert Bunsen
             en 1860.






                                           LOS ELECTRONES JUEGAN CON BOHR   65
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