Page 94 - 05 Feynman
P. 94
había en su despacho y le explicó: «El método de Dick es el si-
guiente. Escribes el problema. Piensas muy intensamente -dijo
mientras cómicamente cerraba los ojos y apretaba los nudillos
contra la frente-. Y entonces escribes la solución».
Con semejante forma de trabajar era imposible que Feynman
tuviera fuerzas para sentarse a redactar el artículo. Para ello tuvie-
ron que intervenir sus amigos Bert y Mulaika Corben quienes,
según confesaron, en el verano de 1947 «prácticamente encerra-
mos a Dick en una habitación y le dijimos que empezara a escri-
bir». Al final lo consiguió y apareció en la revista Reviews of
Modern Physics al año siguiente: «Space-time approach to non-
relativistic quantum mechanics». Esta revisión de su trabajo de
tesis le sirvió para que, por primera vez y de forma explícita, des-
cribiera de manera completa la mecánica cuántica usando el
nuevo lenguaje de «la suma de caminos». Ahora ya podía volver a
intentar triunfar donde antes había fracasado: una teoría cuántica
relativista del electromagnetismo.
Tras la charla de Bethe, Feynman se sintió con fuerzas, pero
como nunca había trabajado en el tema se dirigió a su despacho
para que le explicara cómo hacer los cálculos. En contrapartida,
Dick le explicó su nuevo formalismo. Empezaron a hacer las cuen-
tas para incluir la relatividad, pero cometieron un error: los infini-
tos de la autoenergía eran aún peores que los surgidos de las
entrañas de la ecuación no-relativista resuelta por Bethe. Feyn-
man regresó a su despacho convencido de que se habían equivo-
cado y que el resultado debía ser finito. Y se puso a trabajar.
Muy a su estilo, empezó por aprender cómo manejarse con la
teoría de los huecos y el mar de energía negativa de Dirac hasta
que estuvo seguro de que podía utilizar su formulación de integra-
les de camino. Al final fue capaz de obtener valores finitos usando
la sugerencia de Kramers y obtuvo un valor para el desplaza-
miento Lamb muy cercano al experimental. Por desgracia, Feyn-
man no era el único que lo había logrado. Sus competidores
también habían llegado a un resultado similar: W eisskopf y su es-
tudiante Anthony French por un lado, y el niño mimado de Har-
vard, Julian Schwinger, por otro. Schwinger había conseguido
eliminar los infinitos de la teoría mediante una serie de elegantes
94 LA ELECTRODINÁMICA CUÁNTICA: QED