Page 127 - 19 Marie Curie
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cuyo peso atómico 35,45 es el correspondiente al promedio del
        peso del isótopo cloro-35 (76%) y cloro-37 (24%).  Aston obtuvo
        por sus investigaciones el premio Nobel de Química en 1922.  El
        peso atómico dejó de ser la propiedad característica de un ele-
        mento químico, confirmando el nacimiento de la «química de lo
        imponderable» a la que se refirió Marie.
            Henry Moseley, otro colaborador de Rutherford en Manches-
        ter, encontró la propiedad característica de cada elemento. Midió
        los espectros de emisión de rayos X de todos los elementos cono-
        cidos entonces, y encontró que la raíz cuadrada de la frecuencia
        de los rayos X emitidos era proporcional a una cantidad única
        para cada elemento.  Moseley identificó  esa cantidad como  la
        carga del núcleo central positivo y la llamó Z, lo que hoy se conoce
        como número atómico.  Publicó sus resultados en dos artículos
        que envió poco antes de partir al frente y que aparecieron en 1913
        y  1914.  Nunca sabría que justo el año en que murió en la guerra,
        1915, había sido uno de los candidatos más jóvenes al Nobel.
            Moseley observó que Z aumentaba en el mismo orden que el
        peso atómico, excepto en el caso de los elementos cobalto, níquel,
        yodo y teluro. ¿A qué podían deberse esas excepciones? Obvia-
        mente a la existencia de isótopos más pesados en los elementos
        de menor número atómico. Pero ¿por qué existían los isótopos?
        Porque en el núcleo había otra partícula además de protones, que
        había escapado a toda detección al no tener carga:  el neutrón.
        Rutherford ya anticipó su existencia en 1920, pero hasta 1932 no
        la confirmó experimentalmente otro de sus alumnos, James Chad-
        wick. Lo hizo repitiendo un experimento llevado a cabo en el Ins-
        tituto del Radio por Irene Curie y su esposo Frédéric Joliot-Curie.
        Consistía en bombardear una lámina de berilio con partículas a,
        lo que provocó una emisión de unos rayos que ellos interpretaron
        como y de alta energía, los cuales producían protones a su paso
        por una parafina.  Rutherford no dio  crédito a estos resultados;
        Chadwick sí, pero no a su interpretación. Sabiendo lo que tenía
        que buscar y usando el detector apropiado encontró el neutrón,
        obteniendo por ello el premio Nobel de Física en 1935. Con su des-
        cubrimiento, Chadwick terminó de completar el rompecabezas de
        la estructura del átomo.






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