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MAXWELL Y LA GRAN SÍNTESIS ELECTROMAGNÉTICA
A mediados del siglo x1x las teorías del
electromagnetismo estaban en una en-
crucijada. Gracias a la obra de Ampére
(1775-1836), Faraday (1791-1867) y otros
físicos de la época, se había acumulado
una serie importante de datos y leyes
· experimentales que habían demostrado
la íntima relación existente entre electri-
cidad y magnetismo. Para explicar to-
dos los fenómenos descubiertos había
principalmente dos formas de ver las
cosas. Estaban los que proponían la
existencia de una acción a distancia y
los que abogaban por una teoría de
campos. Heinrich Weber (1795-1878), en
Alemania, había propuesto una fórmula
para explicar todas las fuerzas eléctricas
y magnéticas, tanto estáticas como di-
námicas, a partir de una acción a distan-
cia entre las cargas eléctricas. Su fórmula era similar a la de la fuerza de
gravedad entre dos cuerpos, pero con más términos, que dependían de la
velocidad y la aceleración de las partículas. Pero uno de los profesores de
Planck, Helmholtz, demostró en torno a 1870 que la fórmula de Weber era
inconsistente con la ley de conservación de la energía. Por su parte, la teoría
de campos había nacido con Michael Faraday, quien imaginaba que el espa-
cio alrededor de un imán estaba lleno de cuerdas invisibles, «líneas de fuer-
za» las llamaba él, cuya tensión era la responsable de las fuerzas de atracción
o repulsión entre los polos del imán. También imaginaba líneas de fuerza
eléctricas que unían las cargas negativas con las positivas, provocando su
atracción. James Clerk Maxwell (1831-1879), de origen escocés, dio forma
matemática a las ideas de Faraday. Formuló una teoría unificada de todas
las leyes de la electricidad y el magnetismo. Su teoría era inicialmente me-
cánica, y suponía que todos los fenómenos electromagnéticos eran conse-
cuencia de la dinámica de un medio continuo, el éter, que llena todo el es-
pacio. La teoría de Maxwell no solo podía dar cuenta de los fenómenos
conocidos más relevantes, sino que hacía una predicción: el éter podía trans-
mitir ondas, de manera similar a como un sólido puede transmitir vibraciones.
Maxwell calculó la velocidad que tendrían esas ondas y encontró un valor
cercano al de la luz. En sus propias palabras: «No podemos dejar de concluir
que la luz consiste en las ondulaciones transversales del mismo medio que
es la causa de los fenómenos eléctricos y magnéticos».
PLANCK Y LA FÍSICA DEL SIGLO XIX 25