Page 76 - 04 Max Planck
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siones  científicas,  las  excursiones  a  la montaña...  todo  ello
                    formaba parte de los atractivos que la cercanía a Max Planck ofre-
                    cía en esa época.
                        Tras la muerte de Boltzmann en 1906, Planck estuvo a punto
                    de aceptar una oferta de la Universidad de Viena para sucederle
                    en la cátedra de Física Teórica. El más brillante de los estudiantes
                    de Boltzmann era una mujer, Lise Meitner, que, ante la decisión de-
                    finitiva de Planck de permanecer en Berlín, decidió mudarse allí
                    para trabajar con él. Cuando Lise llegó a Berlín en 1907, Planck la
                    recibió en su casa y, aunque un poco escéptico al principio por el
                    hecho de ser mujer, le fue  dando cada vez más apoyo a medida
                    que fue comprendiendo su extraordinaria valía.
                        Meitner comenzó a trabajar con Otto Hahn en el Instituto de
                    Química de la universidad al poco de llegar a Berlín (Hahn era
                    también un invitado habitual en casa de los Planck) y entre 1907
                    y 1938 trabajó intensamente en física nuclear. Hahn, químico, y
                    Meitner, física, hicieron no pocos descub1imientos importantes en
                    esos años. El más importante de ellos, la fisión del núcleo de ura-
                    nio, llegaría al final de su colaboración, cuando Meitner ya había
                    tenido que abandonar Alemania por su origen judío.
                        En 1912 Planck nombró a Meitner su asistente, lo que procuró
                    a esta última su primer sueldo como científica. Hasta entonces su
                    trabajo en el Instituto de Química no había tenido reconocido un
                    salario. De hecho era la única científica del instituto y tenía habi-
                    litada una puerta en el sótano para que no tuviera que pasar por la
                    puerta principal.  Parece que  los sesudos científicos no podían
                    concebir una dama científica, y el solo avista.miento de una mujer
                    por los pasillos les distraía de su elevada misión. Unos años des-
                    pués Meitner fue nombrada asociada científica del instituto y co-
                    menzó  a  recibir un sueldo  más  decente.  En  1914  recibió  una
                    generosa oferta de la Universidad de Praga. Y de nuevo Planck
                    actuó de forma decisiva, convenciendo al director del instituto,
                    Fischer, para que doblara el sueldo de Meitner.
                        En 1918 Meitner y Hahn descubrieron el protactinio. En 1919
                    Meitner fue nombrada Projessor,  es decir,  catedrática, siendo,
                   probablemente, la primera mujer que alcanzó este título acadé-
                    mico en Alemania.





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