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en el universo. Ese primer motor
es Dios. Con estas premisas, no es
extraño que los grandes :filósofos
cristianos -en especial santo AIRE"
Tomás de Aquino- adoptaran
el pensamiento aristotélico para
las explicaciones naturales desde
el ámbito eclesiástico, y toda la
ciencia girara en tomo a esta co-
rriente :filosófica hasta la llegada
del Renacimiento. La aparición
entonces de los grandes astróno-
mos que propugnaban el cambio
del modelo geocéntrico - Nico-
lás Copérnico, Galileo Galilei y
Johannes Kepler- al heliocéntrico, basándose en el análisis de En la concepción
aristotélica, toda
las observaciones celestes, supuso el comienzo del fin de esta la naturaleza
larguísima corriente :filosófica que amordazaba el pensamiento estaba compuesta
únicamente
científico. por los cuatro
elementos
Los cuatro elementos aristotélicos eran la base de cualquier fundamentales:
compuesto o materia, y la variación en su composición daba o al- el aire, el fuego,
la tierra y el agua.
teraba sus propiedades (veáse la figura). Durante la Edad Media Incluso algunos
fueron innumerables aquellos que pretendían hallar la combina- médicos, como
Paracelso,
ción perfecta de los mismos para transmutar una sustancia en otra. propugnaban que
la enfermedad
Era la búsqueda de la piedra :filosofal, una sustancia tal que pudiera provenía del
transformar vulgares metales, como el hierro o el plomo, en oro. desequilibrio de
cuatro humores
La historia de la alquimia es tan larga como banal, y queda obvia- fundamentales,
relacionados
mente fuera de los propósitos de esta obra salvo como recopila- con las cuatro
ción de anécdotas. Pero durante siglos, reyes, nobles y plebeyos no cualidades básicas
de la materia: fria,
cejaron en su empeño de poder obtener esta sustancia imposible. caliente, seca
y húmeda.
ROBERT BOYLE Y LOS QUÍMICOS MODERNOS .
Esta situación, como decimos, se corrigió en el siglo xvrr. Ya no
solo los grandes astrónomos habían desbancado a la Tierra del
LA TEORÍA ATÓMICA. DE LA GRECIA ANTIGUA A MÁNCHESTER 69