Page 19 - 16 Fermat
P. 19

trar números naturales que cumplen esa propiedad. El primer caso
          que encontramos, en los números naturales, es x = 3, y= 4 y z = 5:

                               2   2            2
                             3 + 4 = 9 + 16 = 25 = 5 •

              Otro ejemplo es  x = 5, y= 12 y z = 13; y otro más, x = 65, y= 72
          y z = 97. Entre los primeros cien números hay 16 ejemplos simi-
          lares, y se puede demostrar que,  en total, existen infinitos con-
         juntos de tres números naturales que  cumplen esa propiedad,
          cor\juntos conocidos como ternas pitagóricas.
              Lo que Fermat decía, por tanto, es que si se cambia ese expo-
          nente igual a dos por un exponente mayor no existe una tema de
          números naturales que cumpla dicha propiedad, ternas que,  en
         justicia, podríamos llamar «fermatianas». Dada esta definición, el
          último teorema de Fermat es equivalente a decir que no existen
          las ternas fermatianas.
              No  es difícil imaginar cómo Fermat llegó a este resultado.
          Llevaba un tiempo analizando las ternas pitagóricas y sus propie-
          dades, un problema que se conocía como «descomponer un cua-
          drado»: consideraba escribir ese cuadrado como la suma de dos
          cuadrados, de forma tal que todos los números implicados fueran
         naturales. Parece razonable suponer que, una vez planteado ese
         problema, Fermat se preguntaría qué sucedería si en vez de cua-
          drados usaba cubos, cuartas potencias, etc. Al fin y al· cabo, una
          de las tendencias más naturales en un matemático es buscar la
         generalización de un resultado, o, cuando menos, explorar las po-
         sibles generalizaciones.
             Entender el problema planteado, pues, es bastante sencillo, y
         si bien la mitad de la solución de un problema es entenderlo, la
         otra mitad, en el caso del último teorema de Fermat, gestado en
          1637, es extraordinariamente difícil. ¿Por qué? Para intentar res-
         ponder a esa pregunta hay que hacer un «pequeño» viaje al pa-
         sado,  unos  dos mil  cien  años  antes  de  Fermat,  a  tiempos  de
         Pitágoras. No solo por el parentesco que el último teorema tiene
         con las ternas pitagóricas, sino porque es fundamental entender
         el concepto de demostración matemática que inauguró Pitágoras
         para apreciar qué significa probarlo.






                                       EL TEOREMA QUE TARDÓ 350  AÑOS EN  SERLO   19
   14   15   16   17   18   19   20   21   22   23   24