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TARTAGLIA Y CARDANO

              Niccolo Fontana  (1499-1557),  apodado
              Tartaglia, y Girolamo Cardano (1501-1576)
              fueron dos de los cosistas más célebres.
              Tartaglia tuvo una. infancia agitada. Huér-
              fano de padre y hundido en la miseria, en
              la  conquista de Brescia un soldado fran-
              cés  le dio un corte que afectó la  mandí-
              bula y el paladar, impidiéndole hablar con
              normalidad. De ahí su sobrenombre, «tar-
              tamudo». Estudió balística y fue el primer
              traductor de Euclides y  Arquímedes al
              italiano. Cardano, médico célebre, alge-
              brista, ludópata y  gran ingeniero, perdió
              un hijo al  no poder pagar la indemniza-
              ción que se le exigía para que no lo ejecu-
              taran. Su  otro hijo era también ludópata
              y le robaba dinero. El matemático italiano   NiccolO Fontana Tartaglia
              Scipione del Ferro (1465-1526) había en-
              contrado la solución a las ecuaciones cú-
              bicas, que mantuvo en secreto salvo para
              sus discípulos más íntimos. Uno de ellos,
              A.M.  Fiar,  retó a Tartaglia en 1535 a una
              justa matemática. Trabajando a marchas
              forzadas,  Tartaglia  encontró su  propia
              solución, más general que la de Del Ferro.
              Ello le permitió tomar por sorpresa a Fiar,
              resolver todos los problemas de ecuacio-
              nes cúbicas que este le  proponía, y a su
              vez ganarle proponiendo problemas que
              Fiar no pudo resolver. Cardano supo de
              esa  justa y  aduló a Tartaglia  hasta que
              este,  finalmente,  le  mostró la  solución,
              exigiendo un juramento de secreto. Pero
              Cardano averiguó también la solución de
              Del Ferro y, pensando que ello le relevaba
              de su juramento, publicó la  de Tartaglia
              en Ars Magna, su gran tratado de álgebra.
                                                Girolamo Cardano
              Tartaglia nunca se lo perdonó y lanzó una
              larga campaña de desprestigio,  a la  que
              Cardano contestó a través de un discípulo, y, según se dice, financió la acusa-
              ción de herejía que sufrió Cardano por haber realizado el horóscopo de Cristo.








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