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En términos matemáticos, el electrón en un átomo se carac-
teriza por una función de onda que se representa por la letra
griega 'P (se pronuncia «psi»), que es solución de una ecuación
diferencial en derivadas parciales -un lenguaje familiar para
todos los físicos- conocida como ecuación de Schrodinger.
«¿Es posible que la naturaleza sea tan absurda como nos parece
en estos experimentos de física atómica?»
- PREGUNTA QUE A MENUDO SE HACIA HEISENBERG, DESPUÉS DE DISCUTIR CON BOHR SOBRE
LA MECÁNICA CUÁNTICA.
Einstein, como muchos otros físicos, quedó entusiasmado, y
escribió a Schrodinger: «Estoy convencido de que usted ha hecho
un avance decisivo con su formulación de la condición cuántica,
al igual que estoy convencido de que el método de Heisenberg-
Born es erróneo». Pero Einstein no tenía razón en esto último. El
mismo Schrodinger demostró que la mecánica matricial y la me-
cánica ondulatoria son absolutamente equivalentes desde un
punto de vista matemático, a pesar de diferir en los puntos de
partida, las ideas y los métodos. En la mecánica matricial, «la
verdadera teoría del discontinuo» según sus propios autores, el
electrón se considera como una partícula. Las variables conti-
nuas clásicas se reemplazan por matrices que dependen de dos
índices enteros, y las ecuaciones clásicas son reemplazadas por
ecuaciones algebraicas. Por el contrario, la mecánica ondulatoria
es una teoría del continuo, que considera al electrón como una
onda. La ecuación dinámica es una ecuación en derivadas parcia-
les, que contiene las misteriosas condiciones cuánticas de la
vieja «teoría clásica de los cuantos». Sin embargo, ambas versio-
nes conducen a los mismos resultados y, como subrayó Schro-
dinger, la superioridad de una versión sobre la otra solo tiene que
ver con «la cuestión esencialmente secundaria de la comodidad
de los cálculos».
Esta equivalencia entre mecánica matricial y mecánica ondu-
latoria fue demostrada, de manera independiente, por otros dos
físicos: Pauli se limitó a comunicarla a Jordan por carta; el esta-
82 LA INCERTIDUMBRE CUÁNTICA