Page 103 - Edición final para libro digital
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Kachka, ocultando el malestar que le producía todo aquello, no
intentó ganar más tiempo. A pesar de su incomodo deseaba aquel
ascenso, y no podía arriesgarse a que Machta le truncase la oportu-
nidad de lograrlo. Pero, Ariel sabía que la intención del comandante
era separarlo de Fatma, y que muy poco le importaba al viejo su
futuro en la institución. No tenía la menor duda de que había sido
él quien informara a sus superiores de la relación que mantenía con
la becaria; así como del parentesco de Fatma con Nabir y Sabil.
—A sus órdenes teniente coronel. Saldré esta misma tarde para
Jerusalén. Sólo desearía poder hacerle una pregunta. Si no le molesta.
—Pregunte teniente. ¿Cuáles son sus dudas?
—¿Me ha recomendado usted para este ascenso?
—Lógicamente, mis superiores me han solicitado un informe y,
como no podía ser de otra manera, he reportado sobre usted de
forma favorable. Creo que es usted un buen oficial y se merece ese
ascenso.
—Gracias señor, me halaga que tenga ese concepto sobre mí —
dijo Ariel masticando su rabia.
—De nada teniente, sólo he comunicado mi opinión. ¿Desea
algo más?
—No señor, sólo quería saber eso. Gracias nuevamente.
—Muy bien. Ya puede retirarse.
Kachka abandonó el lugar maldiciendo para sus adentros a aquel
hombre. Si al menos fuesen ciertas las razones expuestas podría sen-
tirse satisfecho. Pero la forma en la cual iba a obtener aquel ascenso
no era precisamente lo que él había pensado. De todos modos, no
podía dejar pasar aquella ocasión. Siempre había soñado con llegar
a lo más alto en su carrera y si rechazaba aquella propuesta podría
significar el estancamiento definitivo de su trayectoria militar.
Según se dirigía hacia su despacho le hizo una seña a Fatma para
que entrase detrás de él. Tenía que comunicarle lo que acababa de
ocurrir, decirle que debería salir esa misma tarde. Pero antes de su
marcha quería ponerla al tanto de las dificultades que intentaban
poner a su relación. Había estado esperando hasta el último mo-
mento para comunicarle a la joven lo del ascenso, pero la conversa-
ción con Machta acababa de acelerar los acontecimientos.
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