Page 173 - Edición final para libro digital
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—Sí, de allí vengo ahora. He conocido al almirante Peres y ya he
tenido ocasión de familiarizarme con mi nuevo destino.
—Entonces, a partir de ahora te tendremos en casa casi a diario.
—En realidad aún no. Antes de instalarme definitivamente en
Haifa tengo que cumplir una misión que me ha sido encargada.
—Ya. Esa negociación que te han encomendado.
—Así es. Espero que una vez terminada la misma pueda estable-
cerme definitivamente
—¡Negociar con Hamás! ¿Por qué tienes que negociar tú con
Hamás? —interrumpió Rebeca alterada.
—Le has hablado ya de ello, ¿verdad? —preguntó Ariel a su pa-
dre al ver la reacción de su madre.
El patriarca levantó los hombros en señal de resignación. En-
tonces Ariel detalló los pormenores de todo cuanto había ocurrido
desde que le fuera concedido el ascenso. Como ya ocurriera cuando
David Kachka se lo comentara a su esposa, las razones y condiciones
de todo aquello no gustaron nada a Rebeca. Incluso estuvo a punto
de perder el control y hacer ver a su hijo sus verdaderos sentimien-
tos hacía Fatma. Pero la oportuna intervención de su marido evitó,
una vez más, el enfrentamiento que seguro se produciría si Ariel se
percataba de lo que su madre pensaba acerca de su relación con la
palestina.
—Bueno hijo —razonó el mayor de los Kachka—. En cierto
modo tiene sentido lo que te han propuesto. ¿Quién mejor que al-
guien con preparación jurídica y conocedor de las partes para llevar
a cabo una misión así?
—¿Es qué apoyas su decisión? —le reprochó Rebeca indigna-
da—. ¿Has pensado lo peligroso que puede resultar tratar con esa
gente? ¿Qué garantías hay de que no te retengan a ti también como
rehén? —preguntó la mujer dirigiéndose a su hijo.
—Mamá —le respondió este—. Yo he decidido ser militar. Na-
die me ha impuesto esta vida, y mi obligación es obedecer las órde-
nes de mis superiores y hacer siempre lo mejor para mi país y sus
ciudadanos. Es mi elección y nadie es culpable de ello. Ni vosotros
ni Fatma por ser hermana de Sabil y Nabir. Acepté esta misión, en-
tre otras cosas, para poder liberar de una vez a Fatma del acoso de
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