Page 215 - Edición final para libro digital
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podido enterarse. Tanto Fatma como él habían decidido no decirle
                 nada hasta que terminase su misión. Cualquier asunto ajeno a la
                 misma podría interferir en sus planes, y todos deseaban que aquello
                 saliese bien y acabase lo antes posible. No era, desde luego, la mejor
                 noticia que podían darle a alguien que estaba afrontando un riesgo
                 que le exigía la mayor concentración y tranquilidad.
                    Debido a la muerte del señor Maher, las gestiones que Kachka
                 debía realizar en su colaboración con Ariel para el intercambio de
                 rehenes se habían retrasado. Y eso podría retrasar también la misión,
                 e incluso exponer a su hijo a peligros innecesarios. Debía ponerse a
                 trabajar inmediatamente.
                    Esa noche, David Kachka se acostó temprano. Estaba realmente
                 cansado. Aquellos dos últimos días habían puesto a prueba su estado
                 de forma, tanto psicológica como físicamente, y necesitaba dormir
                 sin interrupciones más horas de las que acostumbraba a hacerlo. A la
                 mañana siguiente iría a Tel Avid para obtener los documentos que le
                 permitiesen sacar a los Hasbúm de la cárcel. Luego pasaría por Hai-
                 fa, donde el coronel Taback le presentaría al grupo de soldados que
                 custodiarían a los dos hermanos hasta el día de la entrega. Entonces
                 se desplazarían con los custodios hasta la prisión de Damun, donde
                 el pequeño comando se haría cargo de los reos y los trasladaría a
                 Ascalón. Allí terminaría su cometido. A pesar de que en un primer
                 momento el plan incluía la utilización de Fatma para interceder en-
                 tre Ariel y sus hermanos, Kachka había decidido saltarse esa parte.
                 La joven tenía ya suficientes problemas y no era justo utilizarla en
                 aquella labor. Ya inventaría algo para convencer a Taback y a Sabel
                 de la innecesaria colaboración de la muchacha.
















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