Page 314 - Edición final para libro digital
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La forma en que ambos hermanos se expresaban hizo pensar al
judío que ya habían estado antes en contacto con la menor de la
familia; puesto que no mostraron sorpresa alguna ante aquel en-
cuentro. Lo más probable era que Fatma los hubiese hallado ya en
la casa cuando llegó desde Tel Avid. Además, difícilmente les habría
reconocido con tanta facilidad después de no haberse visto durante
más de nueve años.
—Toda Gaza es un coto de caza para los soldados judíos. Hemos
tenido que dispersarnos. Permaneceremos aquí hasta que los milita-
res abandonen la Franja —respondió Nabir.
—¿Creéis que ellos no saben dónde encontraros si quisieran?
Permaneciendo aquí sólo ponéis mi vida en peligro.
Fatma estaba sumamente nerviosa. El comportamiento de sus
hermanos indicaba que no habían visto a Ariel. Pero si se quedaban
allí tendría que confesarles cual era la situación. No podía prever la
reacción de sus dos hermanos si Ariel se dejaba ver sin más. Tendría
que preparar el terreno para que su prometido pudiese presentarse
sin riesgo.
Ariel seguía sin moverse, pero Fatma, de frente al lugar donde él
se hallaba, ya había podido distinguir su sombra; lo cual hizo crecer
más aún sus temores.
—Está bien. Si vais a quedaros aquí tenéis que saber algo.
—¿De qué se trata? —preguntaron.
Fatma les contó lo sucedido esa misma mañana. Los puso al co-
rriene de la llegada de Ariel y les dijo que se encontraba allí en ese
momento. A pesar de sus temores, Fatma se tranquilizó al ver que
ninguno de sus dos hermanos parecía sorprenderse. Fue entonces, al
notar la positividad en la actitud de Nabir y Sabil, cuando Ariel se
decidió a salir del rincón.
—Así es —les dijo—. He venido a llevarme a Fatma de nuevo a
Israel. Ya sabéis que nos amamos y nada impedirá que la haga feliz.
Sorprendentemente, los palestinos asintieron ante las palabras
del judío. Incluso parecieron asumir la idoneidad del planteamiento.
—Es lo mejor que podéis hacer. Fatma corre un gran riesgo estando
aquí. En cuanto se conozca su relación contigo vendrán a por ella como
hicieron con nuestro padre. No volveremos a permitir que eso suceda.
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