Page 19 - Mucho antes de ser mujer
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José Manuel Bermúdez
drás despedirte de tus amigas. Con tus tíos estarás muy bien aten-
dida y tendrás una familia de verdad.
—Vosotras sois mi familia. Viviendo con ellos no podré tener
tantas amigas, y en la nueva escuela se meterán conmigo.
—No digas eso, pronto conocerás a otras niñas y serás tan feliz
como aquí, ya lo veras.
—Cogidas de la mano nos dirigimos a mi habitación, según
subíamos las escaleras no pude evitar romper en sollozos. Mónica
me abrazó con fuerza e intentó consolarme pero terminó llorando
ella también, ambas llegamos a la alcoba bañadas en lágrimas.
En el tiempo que allí había estado habíamos llegado a cogernos
mucho cariño y nos resultaba muy duro separarnos. Hicimos las
maletas y bajamos a despedirnos de las demás. Estela fue la más
afectada, rompió a llorar desconsoladamente; en aquellos pocos
meses nos habíamos convertido en excelentes amigas, ella era para
mí la hermana que jamás había tenido y que, muy probablemente,
nunca tendría. Aquel sentimiento era mutuo, lo cual hacía, aún,
mucho más difícil nuestra separación.
Con los ojos totalmente impregnados por las lágrimas fui lle-
vada por Mónica hasta donde se encontraban mis tíos. Mi tío En-
rique tomó la maleta y su esposa cogió mi mano para dirigirnos a
la salida. Yo seguía mirando hacia atrás, a la señorita Mónica, quien
tampoco separaba sus ojos de los míos mientras caminábamos ha-
cia la puerta. Una vez atravesado el umbral, la hoja de madera se
cerró detrás de nosotros y ya no volví a ver a mi tutora. Nos subi-
mos al coche y tomamos la ruta hacia las afueras, donde mis tíos
tenían su lujosa vivienda.
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