Page 23 - Mucho antes de ser mujer
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José Manuel Bermúdez
con él, por primera vez en mi vida me sentía atraída por un chico,
y eso me daba miedo. Miguel no parecía el chico bueno y cariñoso
con el que sueña toda adolescente; pero, sin embargo, me gustaba.
Fue quizás en aquel momento cuando comencé a darme cuenta de
la incomprensible contradicción que marcaría mi vida sentimental
desde entonces. Siempre soñando con el chico romántico que me
hiciese sentir una princesa y terminaba fuertemente atraída por un
gamberro vanidoso que llegaría a enamorarme con su desprecio y
su indiferencia.
El reloj sonó temprano, como siempre, pero esa mañana me
desperté mucho más rápido que el resto de los días, estaba ansiosa
por llegar al colegio lo antes posible. Me duché rápidamente y bajé
a desayunar; mi tía me tenía todo preparado y mi tío aún se estaba
afeitando; ni siquiera esperé por él, desayuné a toda prisa y me dis-
puse a salir corriendo rumbo a la escuela. Nunca antes se me había
visto tan ilusionada por cumplir con mis obligaciones escolares, y
mi tía Carmen debió notarlo por la manera en que me despidió.
—Qué contenta te veo esta mañana y cuánta prisa por irte, ¿te
espera alguien para acompañarte? —me preguntó sonriendo.
—No, es que ayer no pude estudiar mucho y quiero llegar
temprano, a ver si repaso un poco antes de clase.
—¡Ya!, comprendo —replicó mi tía con cierta ironía.
Me abrazó mientras me besaba en la frente pidiéndome que
me cuidase.
—Lo haré —respondí mientras abandonaba ya la casa para
dirigirme al centro de estudio.
Una vez más le había mentido y eso comenzaba a hacerme
sentir incomoda, al fin y al cabo, ¿qué tenía de malo sentirse atraída
por un chico a mi edad? En mi interior justificaba plenamente esa
atracción, pero algo me hacía pensar que Miguel no era la clase de
chaval que mis tíos querrían ver conmigo, así que decidí no contar-
les nada, tiempo tendría de hacerlo cuando estuviese más segura de
mis sentimientos.
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