Page 22 - Mucho antes de ser mujer
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Mucho antes de ser mujer

                 —Es que ellos se preocupan si no voy para casa al salir del
            cole, tendría que haberlos avisado y no saben nada, en serio, no
            puedo quedarme con vosotros.
                 A pesar de la insistencia de Miguel y de las burlas de sus acom-
            pañantes, decidí no quedarme, aunque mis deseos de hacerlo eran
            considerables tomé la decisión de no disgustar a mis tíos.
                 Sobre las cinco y media abrí la puerta de entrada colgando mi
            mochila en el perchero de la pared.
                 —Hola, ya he llegado —grité mientras me dirigía a la cocina.
            Allí se encontraba mi tía preparándome la merienda, me acerqué a
            ella y la besé en la mejilla.
                 —¿Cómo estás Tía Carmen?
                 —Bien cariño, ¿qué tal te ha ido en la escuela?
                 —Bien, más o menos como siempre.
                 —¿Has conocido a alguien, ya tienes amigas?
                 —No, aún no he hecho ninguna amistad, estoy bien así, ya
            surgirá.
                 Por alguna razón que no entendía tomé la decisión de men-
            tirle, no me pareció adecuado decirle que había conocido a Miguel
            y a sus amigos, temía que mi tía desaprobase que me juntase con
            chicos bastante más mayores que yo. Mejor sería ocultárselo, al me-
            nos por el momento.
                 —¿Y el tío Enrique, aún no ha llegado?
                 —Aún no, pero no debe tardar mucho. Cómete la merienda
            y luego ponte a hacer los deberes en tu cuarto, puedes poner la tele
            cuando termines, te llamaré para cenar.
                 Me senté a la mesa y di buena cuenta de un exquisito sánd-
            wich y un vaso de leche antes de subir a mi habitación. Echada so-
            bre la cama abrí el libro con la intención de estudiar un poco; pero
            me resultaba  imposible concentrarme, mi pensamiento se desviaba
            obsesivamente hacia lo acontecido esa tarde en el colegio. Me sentía
            extraña, estaba deseando que llegase el día siguiente para volver a
            ver a Miguel a pesar de haber hablado sólo unos cuantos minutos


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