Page 14 - Mucho antes de ser mujer
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Mucho antes de ser mujer
lado de la ventanilla que él ocupaba, dijo algo que no llegué a en-
tender y la gran verja comenzó a abrirse ante nosotros. Recorrimos
unos cien metros por un camino bordeado de jardines hasta llegar
a una rotonda central ante la cual se levantaba una gran construc-
ción de lujosa apariencia. Unos cuantos niños, más o menos de mi
edad, correteaban ya por los patios colindantes. A la izquierda del
edificio, entre los jardines, había un parque en el cual jugaban una
buena cantidad de críos de ambos sexos, algunos bastante mayores
que yo.
Descendimos del coche y nos dirigimos al interior del edificio,
al traspasar la puerta de entrada llegamos a un enorme recibidor, al
fondo del cual se encontraba una joven muchacha detrás un mos-
trador. Hacia allí nos dirigimos. Ángeles se adelantó y le entregó
el documento que había recogido en la comisaría mientras inter-
cambiaban algunas palabras. Yo permanecí unos metros más atrás,
junto al conductor, esperando el regreso de Ángeles.
Tardó muy poco en volver a nuestro lado para cogerme de la
mano y acercarme a la chica con la que había estado hablando.
—Ana, te presento a Mónica, ella será tu tutora mientras estés
aquí, te llevará a tu cuarto y te dará ropa limpia. Yo vendré de vez
en cuando a ver cómo te encuentras.
Estaba claro que ya no volvería a estar con mi madre, al menos
en una larga temporada. Me sentía triste, pero a la vez mucho más
tranquila y segura.
—Hola Ana —me dijo Mónica en cuanto Ángeles terminó
de hablarme—, te gustará esto, ya lo verás, aquí estarás muy bien.
Yo no respondí, me sentía extraña y no tenía ganas de hablar,
sólo hice lo que me indicaron y me resigné a quedarme en aquel
lugar. Al fin y al cabo era lo más parecido a un hogar que podía as-
pirar en aquel momento, sería mucho mejor que dormir en la calle;
aunque ya echaba de menos a mi madre.
Mónica me acompañó a la habitación que se encontraba en la
primera planta, era un cuarto con dos camas, muy acogedor; tenía
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