Page 193 - Mucho antes de ser mujer
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José Manuel Bermúdez

            ya no tengo a nadie en la vida y mi futuro depende ahora de él.
                 Susana guardó silencio, quizás mis palabras no le parecieron
            tan desatinadas y estaba consiguiendo que se replantearse su rela-
            ción con mi padre.
                 —¿Vamos adentro? —le propuse—, podríamos hablar tran-
            quilamente antes de comer.
                 Ella asintió y ambas nos encaminamos hacia la casa. Se la veía
            meditabunda y preocupada, sin duda lo que le había dicho le estaba
            haciendo pensar; aquello significaba un gran avance en mi estrate-
            gia para conseguir su apoyo.
                 Mientras esperábamos que Gina, la cocinera, nos sirviese el
            almuerzo; estuvimos comentando las circunstancias que afectaban,
            desde diferentes posturas, a nuestra relación con Bremon. Cuando
            comenzamos a comer, Susana ya estaba de mi parte, el gran aprecio
            que me profesaba y mi convincente advertencia respecto al peligro
            de confiar en su pareja, fueron determinantes en su decisión. Final-
            mente consideró que servía mejor a sus intereses un pacto conmigo
            que un acercamiento más estrecho con Bremon, lo cual, finalmen-
            te, desembocaría, como mucho, en un reparto de predilecciones y
            dominios. Susana se marchó al terminar los postres y yo fui inme-
            diatamente en busca de Miguel, quien había estado comiendo con
            Elena en la cocina.
                 —Todo ha salido bien —le dije—, Susana está dispuesta a
            ayudarnos, ahora sólo debemos encontrar la forma de hacernos con
            el mando del negocio, y creo que se cómo conseguirlo.
                 —¿Qué tienes pensado? —me preguntó Miguel.
                 —Tú llama a Aurelio y dile que tenemos que vernos.
                 —Pero no puedo verme con él personalmente, los hombres de
            tu padre me siguen vigilando cuando salgo.
                 —A ti sí, pero a mí no. Yo me veré con ellos, si todo sale bien
            pronto seré yo quien controle todo esto.
                 —Miedo me das, es realmente alucinante lo que has cambiado
            en tan poco tiempo.


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