Page 24 - De la luz a las tinieblas
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Permaneció en el suelo, casi sin moverse, durante varios
minutos, observando con atención a su alrededor en busca de
una inesperada aparición que terminase por minar del todo su
deteriorada moral.
Fueron unos momentos muy tensos. Pero, pasado un
tiempo prudencial, se relajó lo suficiente como para decidir
incorporarse. Una vez en pie, noto que el dolor de su pierna
era bastante más intenso que como lo había percibido en el
primer instante. Le costaba mantenerse erguido, y no veía
nada a su alcance que le pudiese servir como apoyo. A pesar
de las circunstancias, a cada nueva dificultad, más
convencido estaba de que debía superar aquella insólita
situación.
Arrastrando su dolorida extremidad, se dirigió
nuevamente hasta el viejo tronco. Con infinita precaución,
vadeó el impasible obstáculo, asomando levemente la cabeza
para ojear nuevamente el lado opuesto. Pero no vio
absolutamente nada, tan solo la parte posterior del árbol y la
constante penumbra. ¿«Quizás su mente le había jugado una
mala pasada»?
Era tal su nerviosismo que, probablemente, percibía la
expresión de su propio miedo. Intentó asumir que podría ser
esa la razón de todo aquello. Tal opción le proporcionaba
renovadas fuerzas para afrontar la angustiosa realidad.
Sin embargo, su positividad era solo una optimista
entelequia. Nada de lo que le esperaba más adelante tenía
lugar en tan complaciente razonamiento.
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