Page 26 - De la luz a las tinieblas
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siempre las zonas más claras y despejadas. Confiaba en que
cuanta más visibilidad tuviese, más seguro estaría.
Aunque se había autoconvencido de que aquella macabra
visión tras el tronco no había sido más que una mala ilusión
inducida por el miedo, tenía la certidumbre de que no estaba
solo en aquel lugar. Que lo que podría encontrarse en
adelante no habría de ser una agradable compañía.
Adentrado plenamente en la fragosidad, ya no cabía el
arrepentimiento. Intentar regresar sería inútil. Ya nada
quedaba tras sus pasos. Tomase el camino que tomase no
variaría su dudoso destino. Desde el mismo momento en que
se decidiera a traspasar la luz, toda posibilidad de regreso se
había esfumado.
Solo barajaba la opción de una salida. Otro portal por el
cual enmendar las consecuencias de su atrevimiento. Para
ello debería desafiar los peligros que aquel metafísico viaje
pudiese depararle.
Con mucha dificultad, y después de llevar un buen rato
caminando, encaró una empinada colina. En la cresta, una
prolongada muralla de piedra, no muy alta, hacía las veces de
frontera entre el bosque y un pequeño prado de hierba roja.
Una hierba semejante a la que alfombraba el túnel por el cual
había llegado hasta luz.
Se asomó por encima del muro para otear el otro lado. Lo
que alcanzó a ver le provocó un intenso escalofrío. Entre las
sombras, se distinguía una indescriptible criatura de aterrador
aspecto. Aquella cosa se encontraba en cuclillas, devorando
con avidez, algo que no alcanzó a diferenciar de la sombra.
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