Page 43 - De la luz a las tinieblas
P. 43

Capítulo 5


              La  espesura  se  fue  difuminando,  dando  paso  a  una
          superficie mucho más regular. Las rocas y plantas entre las
          cuales se habían tenido que mover hasta entonces, quedaban

          atrás. Lo que tenían ante sus ojos era terreno despejado. Una
          pequeña planicie alfombrada, casi en su totalidad, por aquella
          intrigante hierba grana.
              A  pesar  de  la  escasa  visibilidad,  Andrés  consiguió
          distinguir, en el cercano horizonte, el perfil de una pequeña

          colina.  Atravesada  la  explanada,  comenzaron  a  subir  una
          suave  pendiente.  En  aquel  suelo,  Alterio  se  movía  con
          muchísima más facilidad que él mismo. Su lesión lo limitaba
          bastante, y el dolor iba en aumento. Deseaba llegar cuanto
          antes  al  valle  para  descansar  un  rato  y  poder  observar
          detenidamente su herida.

              Ya casi en lo alto de la loma, divisó un tenue resplandor.
          Un halo en la distancia delataba la existencia de una luz más
          intensa tras el collado.
              La alteración en la intensidad lumínica era mínima, pero
          se apreciaba cierto aumento en la visibilidad.

              Alcanzaron la cima.






                                         49
   38   39   40   41   42   43   44   45   46   47   48