Page 48 - De la luz a las tinieblas
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Al cabo de unos minutos charlando entre ellos, uno de los
ancianos se dirigió a él interesándose por su experiencia.
—Dime muchacho. ¿Sigue existiendo el mundo al otro
lado de la luz?
Andrés les relató pormenorizadamente su experiencia. Su
narración no pareció sorprender a los canosos personajes. Sin
duda, todos ellos habían pasado por situaciones semejantes.
Su estancia en aquel lugar aparentaba ser la consecuencia de
hechos similares al suyo.
—¿Llevan ustedes mucho tiempo aquí? —les preguntó.
—Unos más que otros. No todos hemos llegado a la vez.
Aquí van viniendo algunos de cuando en cuando. Otros
desaparecen sin más. Posiblemente, nosotros seamos los más
longevos del lugar. Pero no somos los únicos, ya lo habrás
notado.
—Si, lo he notado. Pero me ha parecido ver también a
unos sujetos muy extraños deambulando por la aldea. Yo he
visto a uno de esos en el bosque. ¿Qué clase de animales son?
Quiso referirse a unas criaturas con el mismo aspecto que
la que viera comiéndose a su cordero.
Le resultó sorprendente ver a aquellos especímenes
mezclados con los humanos, y conviviendo con ellos en la
misma aldea.
—Son góronas —le respondió uno de los ancianos—.
Una especie de híbrido entre humano y animal, que habita en
estas tierras. Convivimos con ellos en buena armonía.
Colaboran con nosotros, proporcionándonos alimento y
servicios. No son agresivos. Hay muchos más afuera,
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