Page 103 - Luna de Plutón
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Diez minutos después, y rodeado de los tres elfos (con Hathor montando sobre él),

  Knaach se percató de que, en realidad, la ducha de los tres hermanos era una pequeña

  cascada que coronaba un lago.

       —¡Aquíca es!
       —El agua debe estar requetefría, así que Tepemkau te aconseja que te metas de

  golpe.

       —Está bien —contestó el león, sacudiéndose a Hathor del lomo, quien cayó de

  cabeza al suelo, riéndose.
       Hacía mucho tiempo que Knaach no se daba un baño, como en Jumbo Jumbo no

  estaba expuesto a la tierra, los matorrales y la intemperie salvaje de la jungla, sino en

  el escenario del circo, el león no tenía por qué hacerlo, por lo que vio el agua con
  cierta reticencia. Era cristalina, el fondo pedregoso de lago podía verse con perfecta

  claridad, y aquello no era por el simple hecho de que sus ojos felinos eran potentes

  como pocos; el agua en Titán, sea cual fuere el fenómeno que así lo establecía, se veía

  mucho más límpida y clara que lo normal, cualquiera que estuviera corto de vista, no
  se habría atrevido a acercarse al lago, por creer que solo era un surco profundo.

       Acercó  más  la  cabeza,  con  la  intención  de  beber  un  poco  cuando  sintió  un

  intrépido golpetazo en el culo que lo hizo irse de morro contra el agua. El salpicón

  pareció erupción de volcán, Knaach dio manotazos, sacando la cabeza a la superficie,
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