Page 130 - Luna de Plutón
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—Sí.

       Nuevamente,  los  jueces  revolvían  sus  cosas.  Claudia  sentía  que  por  medio  de
  preguntas muy cerradas la estaban condenando poco a poco, sin oportunidad de decir

  nada más.

       —¿Asesinó usted al emperador Gargajo?

       —No.
       Raah se frotó las manos, y apoyó su mentón en ellas, sin quitar su mirada de la

  niña. El silencio era pavoroso.

       —¿Vio quién lo asesinó?

       —Sí.
       —Dígalo…

       —Un hombre misterioso, que emergió del espacio, abriendo un hueco en la nave

  espacial.
       Casi de inmediato los jueces empezaron a reír, algunos recostándose del respaldo

  de sus sillas y otros viéndose entre sí, menos el elfo, quien se mantenía con el mismo

  talante serio. Osmehel Cadamaren le dirigió una mirada divertida a Claudia, mientras
  torcía la boca.

       —No pude verlo bien, porque estaba muy arriba —siguió Claudia, haciendo caso

  omiso— y venía con una enorme esfera negra, que lo seguía a todas partes.

       —Pensábamos que una… «Niña» digna, como se supone que deberías ser usted,
  no mentiría —dijo el juez vampiro, con los brazos cruzados.

       —Yo no miento, les estoy diciendo lo que vi.

       —Y entonces, ¿por qué estaba en la nave espacial? —preguntó Raah—. ¿Acaso

  tenía invitación?
       Claudia  se  quedó  congelada  en  el  acto,  mientras  que  poco  a  poco,  el  silencio

  regresaba a la sala.

       —Estaba en una misión por mi propia cuenta —dijo por fin.
       —¿Por su propia cuenta?

       —Sí, por mi propia cuenta.

       —Escuche, señorita Titanium —intervino un juez anciano, de barba espesa, blanca

  y larga, del lado derecho de los estrados—, personalmente me parece encomiable que
  trate  de  restar  responsabilidad  a  su  padre  intentando  llevarse  toda  la  culpa  usted

  misma, pero si consiguió subirse a esa nave espacial por su propia cuenta, entonces

  lógicamente  debe  usted  poseer  raciocinio  suficiente  para  comprender  que  está

  haciendo el ridículo con estas declaraciones.
       —Su padre nos ha contado lo de la supuesta misión para dejar tuerto al emperador
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