Page 135 - Luna de Plutón
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El elfo se quedó en silencio, concediéndole el derecho a palabra.
—Yo… Yo… Yo pienso que usted se equivoca. No voy a ir preso…
Justo en ese momento, una siniestra y gigantesca sombra fría se cernió sobre la
sala, como si un gran manto hubiese caído sobre el ventanal que los jueces tenían
detrás, como si algo hubiese tapado por completo el panorama de Júpiter.
—¿Que usted no va a ir preso? —repitió Raah, frunciendo el ceño.
—¡NOOOO, ELFO HIJO DE PUTA!
El ventanal explotó en pedazos y las paredes a los lados de la Corte se
derrumbaron como si fuesen de cartón, desmenuzándose. El palacio entero empezó a
temblar, el techo se agrietó, las columnas de la antesala quedaron derribadas y
escombros empezaron a llover del cielo. Los guardias se tiraron al suelo, indefensos, y
los jueces, por su parte, cayeron todos sobre sus escritorios, cubriendo sus oídos con
sus brazos.
Entre la humareda disipándose, pudo entreverse parte de una nave espacial que
había embestido el tribunal. Del frente del disco espacial se abrió una abertura y, de
ella, emergió a toda velocidad un tubo de metal muy brillante que tocó el suelo y que