Page 126 - Luna de Plutón
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que queda de él, está flotando sin rumbo, perdido en el espacio.
La niña se llevó la mano a la barbilla, meditando, con el corazón latiéndole todavía
de prisa.
—¿Debo decir la verdad, Calizo?
—¿A qué te refieres?
—¿Debo decirles la verdad allá afuera? Todo lo que hice fue quitarle un ojo a
Gargajo, porque le arrojé una espada. Tenía muchos ojos, así que era imposible
dejarlo tuerto, no sin que él alcanzara a aplastarte primero.
—¡Aún dentro de esa descabellada teoría cometiste un error letal! ¡Dejaste que él
te viera!
—¡Lo sé! ¡Pero en el momento no me importó, porque apareció el tipo del que te
estoy hablando! ¡El que salió del espacio! ¡Todo pasó demasiado rápido! El ogro se
llevó una mano en la frente y se sentó en la cama.
—Ahora soy yo el que quisiera dormir.
Sacó un pañuelo del bolsillo de su pantalón, se quitó los anteojos y empezó a
limpiarlos, con metódica lentitud, mientras continuó hablando.
—Para empeorar todavía más las cosas, quien funge como jefe de los jueces es un
elfo.
—¿Eso que tiene que ver?
—Nada, no estás en edad para entenderlo —dijo, suspirando—. Metallus ha
convertido a mi padre en hombre de confianza para que te dé las riquezas que
necesitas para vivir bien, pequeña.
Claudia se quedó de pie, sin moverse.
—Está haciendo todo lo posible para que sus ministros no sean condenados
también. Pero todos vamos a ser desterrados de Iapetus, nos hemos quedado sin
hogar.
—¿Cómo que desterrados? —exclamó, con ganas de llorar otra vez—. ¿Quién nos
destierra?
—Los jueces, es una de las cosas que sabemos harán.
—¡No pueden hacerlo!
—Sí, si nos encuentran culpables. Le van a quitar todo el poder a Metallus y al
reino, y vendrá un gobierno de la Hermandad Federal de Planetas a tomar el mando
de Iapetus.
Claudia apoyó su brazo de la puerta y se enjugó los ojos otra vez.
—Nos van a quitar nuestro hogar.
Calizo Popsttone decidió bajar la mirada y seguir limpiando sus anteojos.