Page 159 - Luna de Plutón
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Plutón, quien tenía una fuerza extraordinaria, aunque no era nada comparado con
Claudia…
—¿Con quién?
Knaach se puso frío y nervioso al mismo tiempo.
—No, no es nadie.
—Es el nombre que repetía mientras estaba durmiendo, después que lo sacamos
de la cápsula —observó Tepemkau.
—Pero no es nadie, de veras.
—¿Es con ella con quien querías hablar ayer por medio del zellas, verdad,
peludito? —le preguntó Pisis, poniéndole una mano en la cabeza.
—No… No.
—¿Es tu novia?
—¡Oh, por dios, no!
—¿Tu mamá?
—¡Tampoco!
—¿Una mascota?
—¡Nooo!
—¿Un espectro maligno que invocaste jugando a la ouija y que ahora te perseguirá
por siempre? Claaaaudia… Claaaaudiaa…
—¡Que no! ¡¡Basta ya!! ¡Les prohíbo hablar más!
Los tres chicos se quedaron estupefactos. Aunque solo por pocos segundos.
—Tepemkau piensa que a veces Krang se parece más a Hermoso y Precioso de lo
que quisiera reconocer…
—¡Niños, peludo, hemos servido algunos aperitivos, vengan! —escucharon gritar
de pronto a Panék, cuya figura se divisaba a lo lejos, sobre una colina.
—¡Ufa! ¡Vamos a comer unas galletas!
—Me parece un buen tentempié para el almuerzo.
Pisis y Tepemkau empezaron a correr hacia su padre tan rápido que parecían un
par de tornados, mientras que Hathor optó por saltar encima de Knaach y cabalgarlo.
—¡Wopa! ¡Vamos a comer, a comer!
—¡Y entonces nos mostró el dedo medio! —gimió Hermoso—. ¡De forma