Page 192 - Luna de Plutón
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—Quiero alejarme de la Tungstenio lo más posible, para ganar cualquier cantidad

  de tiempo desde el momento en que hagan algo.
       —A  su  orden,  Shah  —respondió  el  copiloto,  cuadrando  el  rumbo  desde  su

  puesto.

       La cabina quedó sumida en un súbito silencio, se escuchaba solo el tecleo de la

  tripulación  y  el  personal  médico  ayudando  a  los  lastimados.  Al  momento  que
  retiraban a uno en una camilla, alargó su mano y tomó el brazo de Panék.

       —Lamento no ser de más utilidad, Shah.

       —Fuiste de gran utilidad y solo lo volverás a ser en el momento que te mejores.

  Descansa y concéntrate en ti mismo.
       Se había colocado un sencillo elevador mecánico de emergencia para reemplazar

  al turbo-ascensor que yacía hecho añicos, repartido por todo el suelo de la Sala Baja.

       Degauss  veía  fijamente  a  la  Tungstenio  a  través  de  la  pantalla  principal,
  analizándola como un predador que estudia los movimientos de una presa.

       —¿Ves algo, Degauss?

       —Hemos herido a la Tungstenio, pero la Tungstenio ha herido más al Anubis.
       Están como nosotros; pensando en qué hacer, buscando errores.

       —¿Y de qué errores nuestros crees que puedan sacarnos ventaja?

       —De dos.

       —Adelante.
       —El  primero  es  volver  a  dejar  que  se  coloquen  detrás  de  nosotros,  para  que

  nuestros cohetes no los puedan alcanzar.

       —¿Y el segundo? —El segundo error es que usted se haya deshecho de Kann.












       Panék,  frunciendo  el  ceño,  observó  largamente  a  Degauss,  quien  siquiera  había

  girado la cabeza para verlo. Presionó un botón en el apoyabrazos de su asiento, tras
  un largo pitido y una nube de interferencia, habló.

       —Encuentren a Kann. Díganle que el Shah ordena que vuelva a la cabina.

       Hermoso y Precioso se habían despertado de un desmayo solo para vérselas de

  manera imprevista con otro.
       —¿Combate?  ¡¿Qué  la  nave  ha  entrado  en  combate?!  —gimió  Precioso,

  llevándose ambas patas al hocico.
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