Page 242 - Luna de Plutón
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—Apaguen los reactores. Abra otro puerto de comunicación.
—Enseguida, comandante…
El capitán, enojado, volvió a hablar.
—Esta es la nave federal Nautilus, de la Hermandad Federal de Planetas Unidos, lo
que están haciendo es una afrenta directa, un delito registrado en la Constitución
General del Sistema Solar, consagrada por los Planetas Unidos y los mundos que la
conforman, cese su agresión o me veré obligado a abrir fuego contra su nave, repito,
cese su agresión y…
—Hola, Comandante… ¿algún problema allá abajo?
La tripulación se quedó viendo la rendija de donde salió aquella oscura, rasposa
voz.
—¿Quién es usted?
—¿Está seguro de que quiere saberlo, oficial? —contestó Hallyfax, pausadamente,
con voz divertida.
—¡No tengo tiempo para payasadas! ¡Identifíquese o…!
—Capitán Hallyfax, la nave enemiga se alista para disparar torpedos.
Un vampiro giró su silla, alarmado.
—¿Quiere que suba los escudos, señor?
—No, no nos van a disparar.
El joven asintió y volvió a su panel de controles, con confianza, que no se vio
mellada ni aun cuando la pantalla de su monitor parpadeaba en luces rojas, y mostraba
una imagen holográfica del Nautilus, con píxeles señalando las aletas de la nave, desde
donde se encontraban las salidas de sus torpedos.
—Señores, tendrán la suerte de ser testigos del verdadero poderío de la Parca
Imperial —exclamó Hallyfax arrogantemente, poniéndose de pie, sonriendo—. ¡Me
confieso incapaz de resistir la tentación de probar un arma tan poderosa ahora, que he
encontrado el momento perfecto de hacerlo!
—¿No cree que es una movida muy arriesgada meterse con una nave de la
Hermandad Federal? —susurró tímidamente Mojo Bond, escudándose detrás del
respaldo de una silla.
Hallyfax bajó la cabeza lentamente, y se quedó varios segundos en silencio,