Page 292 - Luna de Plutón
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—Una brillante estrategia, sin duda.
—Oh, muchas, muchas gracias, señor Degauss. Sin embargo, la mejor idea la tuvo
Metallus, pues previno el peligro y abordó a la gente de Hamíl en la nave. Las mejillas
de Metallus se pusieron rojas.
—¡Calla, anciano! ¡Y enfoquémonos en lo importante! ¿Cómo vamos a llegar a
Elara a tiempo?
Claudia colocó una mano sobre la rodilla de su padre, viéndolo, angustiada. Este
posó la suya sobre el hombro de ella y observó fijamente a la pantalla.
—¡Sé que me encarcelarán apenas lleguemos a la Hermandad Federal, pues a los
cargos que ya tengo se suman que he atacado y hecho explotar dos de sus cruceros,
cuando estaba escapando de la corte! ¡Pero eso no importa ahora! ¡Solo quiero que la
Tungstenio también participe en la guerra contra Hallyfax!
—Propongo entrar a la velocidad de la luz cuanto antes —expuso Panék—. La
Parca Imperial tendrá más dificultad intentando atacarnos en el hiperespacio. Además,
perderán tiempo decidiendo cuál nave quieren aniquilar primero.
—Al parecer, no queda otra sino arriesgarnos. Las chances juegan 50% a favor y
50% en contra…
—Al menos una nave llegará sana y salva hasta la Hermandad —repuso Panék—.
Creo que es la mejor opción que tenemos.
—¡Sin embargo, no es lo mismo que tú anuncies la catástrofe a que lo haga yo! ¡A
ti te creerán más que a mí! ¡Tú debes sobrevivir a como dé lugar!
—No, no lo haré —contestó Panék enérgicamente—. No quiero tener una
posición privilegiada en este asunto. Cada quien va a luchar por un bien común en
igualdad de condiciones. Para ello voy a transmitir todas las pruebas que hemos
recogido de la Parca Imperial a tu nave, la Tungstenio, además de la bitácora de cada
uno de nosotros. Eso será más que suficiente para que decidan actuar rápido.
—Por otro lado —repuso Degauss—, estamos ya dando por sentado que uno de
nosotros va a perecer. Ambas naves tienen tripulaciones formidables y saben
arreglárselas muy bien. Si la Parca Imperial nos da problemas, entonces le haremos
frente, con la intención de sobrevivir a ella.
—Bien dicho.
—Entonces vamos.
—¿Motores listos?
—¡Sí, Shah!
—¿Degauss?
—Todo preparado, Panék. Los motores monopolizan cerca del 80% de energía de