Page 289 - Luna de Plutón
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—Pero decir que fueron los elfos originales se queda corto al lado de la verdad.

  Ellos,  por  mucho,  mucho,  tiempo,  fueron  los  únicos  habitantes  que  había  en  el
  Sistema Solar y por ello estaban en todas las lunas. Construyeron enormes ciudades

  en cada una. Era una sociedad muy avanzada. Se decía que sus naves espaciales eran

  capaces de cruzar la galaxia, que podían surcar miles de años luz en minutos, que no

  existían enfermedades, pestes o plagas que no pudiesen curar. Eran la luz.
       Rockengard acariciaba su larga y blanca barba, escuchando con mucha atención

  las palabras del Shah.

       —Siguieron pasando los años y sus descubrimientos tecnológicos se hicieron aún

  más  formidables:  empezaron  a  dominar  la  materia  y  descubrieron  el  origen  de  la
  existencia  misma.  Después  de  eso,  y  con  el  tiempo  aún  transcurriendo,  el  siguiente

  paso  se  hizo  inevitable:  los  osirianos  empezaron  a  evolucionar  como  seres,  a

  desarrollarse no por medio de la tecnología, sino por medio de sí mismos. El resultado
  es lo que tú viste aquella noche en la nave Herschel Magnatino, es lo que han visto

  hoy mismo cuando nos salvó de la Parca Imperial haciendo lo que nuestras propias

  naves espaciales no pudieron. Amén puede viajar por el universo sin traje espacial,
  puede  hacer  viajes  casi  infinitos,  puede  usar  poderes  psíquicos,  puede  viajar

  astralmente,  puede  sanar  en  segundos,  no  necesita  comer,  no  necesita  beber,  no

  necesita dormir, no se enferma nunca… Es un ser superior.

       Al ver que la gente también lo observaba a él, Hathor bajó la cabeza.
       —Y aun a este nivel, los años, los siglos y los milenios siguieron transcurriendo

  para la raza de Osiris, y el siguiente punto en su historia se reveló claramente, con un

  último paso evolutivo: sus cuerpos desaparecerían y su existencia pasaría a un plano

  superior, en un lugar que para nosotros es vedado, que sencillamente no tiene cabida
  en  nuestra  existencia…  Se  convirtieron  en…  Algo  que  solo  entenderían  como

  «ángeles», y desaparecieron.

       Metallus levantó su brazo.
       —¡¿Pero por qué ellos dos están aquí entonces?!

       —A pesar de que estaban por cruzar una frontera que separa a este universo de

  otro,  la  civilización  de  Osiris  sintió  dolor  al  abandonar  el  plano  materno.  Querían

  dejar un vestigio, un testimonio, algo que recordara aquí su historia, lo que fueron.
  Tomaron a uno de sus soldados y lo colocaron en una matriz perene escondida entre

  los  anillos  del  planeta  Neptuno,  que  sobreviviera  al  paso  de  las  eras,  para  que  él

  pudiera  observar,  y  ser  testigo  del  crecimiento  de  otras  civilizaciones,  de  otros

  mundos. Para que así, cuando este soldado muriese por voluntad propia y pasase al
  plano de sus hermanos, pudiera contar todo lo que vio aquí, lo que somos nosotros.
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