Page 297 - Luna de Plutón
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—¿¡Qué sucede!?
—¡Shah! ¡Es el elfo de cabellos plateados! ¡Ha salido de La Anubis!
—¿Amén?
—Sí, es él —dijo Degauss—. Míralo en la pantalla. ¡CANCELEN EL DEDO DEL
DIABLO!
Hathor abrió los ojos como si despertase de una pesadilla, una sensación
enardeciente le recubrió el cuerpo y, por momentos, Knaach habría jurado que de su
cuerpo salía algún tipo de poderoso magnetismo energético. El chico veía hacia arriba,
con las facciones de su rostro estiradas, la boca abierta. Con esfuerzo cerró los ojos y
empezó a ver dentro de su mente… Amén estaba parado en medio del espacio, con
los brazos cruzados, viendo a la Parca Imperial como una ballena monstruosa y
abismal, acercándose. Esta, gradualmente, dejó de disparar sus rayos láser. Ahora era
el cañón del Vigor Cósmico el que estaba reuniendo fuerzas; la relampagueante
energía se aunaba sobre sí misma, apuntando no a la Tungstenio, sino directamente
contra él. Sus largos cabellos blancos empezaron a moverse, como volando
libremente por una brisa, en sus ojos azul pálido, como los de Hathor, se reflejaba el
Vigor Cósmico, creciendo cada vez más. Apretó sus puños y cerró los ojos. Su frente
comenzó a arrugarse, a la vez que entraba en trance profundo.
—Hijo… Escúchame bien.
Hathor temblaba de pies a cabeza, frunciendo el ceño, viendo con miedo a su
padre, que cada vez brillaba más, en su mente.
—Tú has sido la prueba de que mi rebeldía ha sido magnífica y grandiosa. ¿No
tienes acaso un lugar vital entre quienes te criaron y enseñaron, y entre tus amigos?
Pues eres una parte de este mundo, no del pasado. Eres un recurso que estas personas
y muchas otras que también son parte del presente necesitan, serás una última
oportunidad que el Destino que maneja este tiempo sabrá poner en la mano de
quienes te llamen y quienes estén a tu lado. ¡No un intruso!
El niño abrió los ojos.
—Eres parte de este tiempo y una parte grandiosa. Tú has sido mi manera de
probar que a mi modo soy un dios tan grande como los que se fueron en el pasado. Te
estuve viendo muchas veces aunque no lo sepas y el mejor regalo que pude darte fue