Page 300 - Luna de Plutón
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LUNA DE PLUTÓN
El parque de diversiones Jumbo Jumbo se veía como una telaraña de luces sobre
la superficie del último mundo habitado del Sistema Solar. Knaach lo observaba a
través de una ventanilla, en silencio. Los elfos se reunían tras él.
—Sea como sea, estamos en la boca del lobo —dijo el copiloto—. Plutón le
pertenece a Osmehel Cadamaren.
—Sin embargo, nada parece haber reparado en nuestra presencia. El observatorio
espacial no nos ha detectado…
—Es muy posible que Cadamaren haya evacuado todos esos lugares, ahora que
está a punto de hacer estallar su guerra —repuso Degauss.
—Shah, la Tungstenio ha abierto un puerto de comunicaciones con nosotros.
—Díganles que nos sigan…
Panék observó a Hathor por largo rato.
—Vamos a acercarnos a Caronte, la luna más grande de Plutón.
—Sí, Shah.
La Anubis, que en toda su circunferencia tenía cicatrices y quemaduras, producto
del ataque de la Parca Imperial, fue seguida por la Tungstenio, que estaba en
condiciones similares. Ambas naves volaron con suavidad.
—Caronte es uno de los satélites más extraños del Sistema Solar —declaró
Degauss.
Los elfos hicieron silencio, escuchándolo.
—Más del 80% de lo que sabemos de ella viene por parte de los filántropos y
científicos del CIPC (Centro de Investigación Planetaria Cadamaren). Hasta ahora,
muchos creen que se originó fuera del Sistema Solar, que estuvo viajando cientos de
millones de años y que, al acercarse, fue atrapada por la órbita de gravedad de Plutón.
Un alférez se levantó de su silla, asustado.
—Shah, los controles no responden.
—¿Qué?
—La Tungstenio se vuelve a comunicar con nosotros —anunció el Ingeniero de
Comunicaciones—. Tienen exactamente el mismo problema… Su nave ya no les
responde.
—Esto es imposible… Pasen el control manual.