Page 298 - Luna de Plutón
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un amigo de verdad… Lo hice llover frente a tu casa y estoy seguro de que él no se

  enojará conmigo por haberle dado un rumbo diferente a su destino. ¡Adiós, hijo! ¡Tú
  eres tu propio dios!

       Amén se dio media vuelta y, extendiendo sus brazos, tapando con las palmas a La

  Anubis y a la Tungstenio, como si las pudiera tocar con las palmas y empujarlas, las

  hizo desa-parecer… Empujadas por una fuerza aún más grande que la velocidad de la
  luz.  El  Vigor  Cósmico  se  aproximaba  tras  él  y,  en  segundos,  engulló  su  cuerpo.  El

  estallido de luz azul y blanca fue todavía más grande, y de entre los aros de energía,

  no quedó vestigio del cuerpo de Amén.

       —¡Lo has matado! ¡Lo has matado! —gritó Osmehel Cadamaren, eufórico, con
  una sonrisa que no cabía en su cara—. ¡Hallyfax, lo has matado!

       Mojo Bond hacía movimientos pélvicos eufóricamente, saltando y gritando, lleno

  de júbilo. Meinhardt Hallyfax, sentado en su silla, mostraba una sonrisa perversa. La
  explosión que se veía en la gigantesca pantalla principal se reflejaba en sus
















                                                                  lentes negros.



       En la cabina de La Anubis, todos los elfos dormían como niños, en el suelo. Las

  computadoras  reflejaban  luces  intermitentes  mientras  que  los  monitores  seguían
  reflejando  imágenes  holográficas  en  movimiento.  Todo  parecía  estar  igual,  pero

  sumido en un silencio muy profundo. Panék fue el primero en levantar la cabeza y

  abrir los ojos. Se sentó, apoyando las manos al suelo, y viendo de un lado a otro. Al
  son  de  su  Shah,  los  demás  tripulantes  fueron  despertando.  Degauss  tenía  la  cabeza

  apoyada entre sus manos. Al abrir sus ojos, verdes y brillantes, como los de una fiera,

  lo primero que hizo fue levantarse y observar sus computadoras.

       —¿Dónde estamos?
       Un  alférez  se  sentó  con  desconcierto  sobre  su  silla  y,  tecleando  sobre  su

  computadora, se dispuso a responder la pregunta de Panék.

       —Shah… Estamos en… La órbita de Plutón. Nos ha mandado a Plutón.

       —¿Plutón?
       La  pantalla  principal  de  la  nave  reflejaba  a  la  Tungstenio,  flotando  a  cierta
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