Page 308 - Luna de Plutón
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—Sí, sí, son por lo menos 3400 metros —gritó un elfo—. ¡Es el legado que nos ha
dejado Amén!
—Sin dudas es lo que quería que viéramos —dijo Panék—. ¿Alguien ha
descubierto cómo podemos acceder a ella?
—¡Aquí, Shah!
Todos trotaron hasta donde se hallaba el Ingeniero en Jefe de La Anubis; a sus
pies se levantaban unas escaleras de luminiscencia dorada, como si fuese holográfica,
que mostraba la simbología de la civilización de Osiris y que conducía hasta una
abertura en la panza del Pegaso.
—¿Cómo la has encontrado?
—Yo… Yo solo tenía deseos de encontrar una compuerta de entrada, y cuando
mis ojos dejaron de leer el censor de energía que sostenía en mis manos, la vi aquí,
materializada frente a mí. ¡Es como si me hubiese escuchado y concedido mi deseo!
Panék puso una bota al frente, y descubrió que el holograma era sólido y que
sostenía su peso a la perfección. Una vez comprobado esto empezó a ascender seguido
por los demás tripulantes.
Claudia posó uno de sus zapatos de charol sobre el primer escalón y se levantó,
haciendo equilibrio sobre una pierna.
—Me sostiene a mí a la perfección. Ni siquiera tiembla…
Knaach veía la suela del zapato de su amiga desde debajo de las escaleras.
—Lo que me pregunto es… ¿Cómo van a hacer para sacarla de aquí?
—Yo he visto tantas cosas impresionantes que puedo esperarme cualquier cosa —
repuso la niña—. ¿Y tú por qué estás tan callado, Hathor?
El chico, que estaba sentado, solo giró la cabeza para sonreír sin ganas.
—Nada…
El león hizo una seña negativa con la cabeza a Claudia, pidiéndole que no dijera
nada.
—Supongo que he sido un poco descuidada… —susurró la niña, sentándose en el
piso—. Debe estar bastante triste por lo de su padre. ¿Sabes? Yo también estoy muy
triste, por otra cosa distinta…
—¿Por qué?
—Solo descubrí hace poco que alguien que creí era un amigo muy especial jamás
lo fue. Pero no es algo de lo que me sienta bien hablando ahora… Por cierto, ¿viste a
Jumbo Jumbo por la ventanilla, cuando estábamos llegando?
Knaach sonrió ampliamente.
—¿Te trajo recuerdos a ti también, verdad?