Page 318 - Luna de Plutón
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Anubis y la Tungstenio y se dirigirá a la órbita de Júpiter, para asistir a las naves de la

  Hermandad Federal de Planetas Unidos en la batalla.
       La fila se desarmó y todos, apresurados, empezaron a ocupar sus lugares. Panék se

  dio media vuelta y se introdujo nuevamente dentro de la nave, seguido por soldados

  ogros  y  elfos.  Degauss  estaba  de  pie  al  lado  de  una  compuerta,  viéndolo,  con  los

  brazos cruzados.












       —¿Qué espera, estratega? Diríjase a la cabina ahora mismo.

       —No, Shah… Yo no te acompañaré en este viaje.
       Hubo un silencio incómodo.

       —¿No recuerdas tus propias palabras? El Pegaso será abordado por los mejores en

  su  especialidad,  y  yo  no  soy  el  mejor  estratega,  Rockengard  lo  es,  por  ello  le  he
  pedido personalmente que te acompañe.

       Panék observó al elfo silvestre con perplejidad.

       —No voy a aceptar eso.
       —Yo soy el que no aceptará una negativa. Aquella vez que entramos en combate

  contra la Tungstenio, Rockengard me engañó, ¿lo recuerdas?

       Él se ha ganado el puesto como estratega de La Anubis. Ya está hecho.

       El Shah se encogió de hombros.
       —Entonces quiero que tú capitanees La Anubis.

       —Sí, Shah. Metallus y yo nos dirigiremos a Júpiter. Él se encargará de reunir a los

  ogros que están en Iapetus y yo de hacer frente a las fuerzas de Io.

       Colocó sus manos sobre los hombros de Degauss y lo aferró.












       Claudia se despedía de su padre con un fortísimo abrazo y un beso en la mejilla.
  Metallus permitió que ella abordara el Pegaso, pues era la nave más segura. Knaach,

  sentado, lo veía todo, con Hathor a su lado.

       —Panék dio un discurso hace rato…
       —Sí… —contestó el chico, quedamente—. Oye, Knaach, ¿no tienes miedo de la
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