Page 65 - Luna de Plutón
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una mosca.

       Una vez hubo pasado el siguiente pasajero, la azafata, con una enorme sonrisa en
  la boca, cerró la puerta estruendosamente. La chica apretó sus dedos en el pasamanos,

  al  ver  que  las  cápsulas  con  forma  de  autobús  despegaban  rápidamente  del  suelo  y

  ascendían  a  toda  velocidad.  El  pasillo  quedó  totalmente  vacío  después  de  aquello.

  Knaach se sentó al lado de la ogro.
       —¿Qué haremos ahora?

       Claudia contestó con un puchero. Sus ojillos negros se fijaron en la puerta 17, que

  estaba  a  muchos  metros  más  allá,  la  azafata  hablaba  con  el  último  pasajero  y,

  consecuentemente, cerraba la puerta. Empezó a correr otra vez hacia delante.
       —¿Qué piensas hacer?

       —¡Voy a intentar sobornar a una azafata!

       —¡Oh, por dios!
       La niña se detuvo frente a la puerta 17 y empezó a golpearla; los retumbos que

  daba su puño sobre el hierro hicieron pensar al león que en cualquier momento un

  guardia de seguridad acabaría por echarlos de la Estación Espacial.
       —Claudia…

       La niña tocaba la puerta furiosamente.

       —Claudia…

       —¡No  pueden  dejarme  aquí!  ¡No  pueden,  no  pueden!  —gimió,  sacando  la
  billetera de su bolsillo, mientras seguía golpeando con mayor fuerza.

       Los  monitores  flotantes  que  reflejaban  imágenes  propagandísticas  de  la  nave-

  casino se apagaron.

       —Claudia…
       —¿¡Qué!?

       Knaach señaló con una garra a la ventana. Al asomarse, la chica se dio cuenta de

  que el puerto estaba vacío y lleno de neblina: la nave había despegado ya. Apoyó la
  espalda a la puerta y se dejó caer lentamente hasta quedar sentada en el suelo.

       —No  puedo  creerlo,  he  fallado  otra  vez.  Soy  una  inepta,  una  inepta.  Iapetus

  seguirá  siendo  la  misma  luna  miserable  y  sucia  de  siempre,  porque  no  pude  hacer

  nada en el momento que tuve que hacerlo.
       —No era a ti a quien correspondía hacer nada.

       La esfera flotante volaba por el pasillo, lentamente. «Por favor, desalojar el área,

  zona  privada,  las  operaciones  aquí  han  finalizado,  cerraremos  en  este  instante.  Por

  favor, desalojar el área, zona privada…».
       —Por lo menos te queda que, después de todo, vas a poder informar a tu padre
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