Page 310 - El cazador de sueños
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Con una taza de café en la mano, Owen aguardaba a que se hubieran marchado los de
la enfermería con el paquete, mientras la morfina, en clemente inyección, reducía los
sollozos de Melrose a murmullos y gemidos. Pearly salió con ellos, dejando a Owen a
solas con Kurtz.
Kurtz se quedó un poco en la mecedora, mirando a Owen Underhill con la cabeza
ladeada, entre curioso y divertido. Una vez más, nada quedaba del demente de antes,
desechado como una careta de Halloween.
—Estoy pensando un número —dijo—. ¿Cuál es?
—El diecisiete —dijo Owen—. Lo ves rojo. Como en el lateral de un coche de
bomberos.
Kurtz asintió satisfecho.
—Intenta enviarme uno a mí.
Owen visualizó una señal de límite de velocidad: 100.
—Diez —dijo Kurtz tras un momento—. Negro sobre blanco.
—Caliente, jefe.
Kurtz tomó un poco de café. Owen disfrutaba el suyo a fondo. Era un asco de
noche, un asco de faena, y el café de Freddy no era malo.
Kurtz había encontrado tiempo para ponerse el mono. Metió la mano en el
bolsillo interior, sacó un pañuelo grande, se arrodilló haciendo una mueca (su artritis
no era ningún secreto) y empezó a limpiar las salpicaduras de sangre de Melrose.
Owen, que a aquellas alturas se consideraba imposible de impresionar, estaba
impresionado.
—Señor… —Mierda—. Jefe…
—Ni pío —dijo Kurtz mirando el suelo. Se movía de mancha a mancha con la
hacendosidad de una fregona—. Mi padre siempre decía que la gente tiene que
limpiar lo que ensucia. Así, la próxima vez te lo piensas un poco. A ver, chaval,
¿cómo se llamaba mi padre?
Owen lo buscó pero sólo lo entrevió, como el viso debajo de un vestido de mujer.
—¿Paul?
—No, Patrick, pero te ha faltado poco. Anderson opina que es una ola, y que ya
está agotando su fuerza. Una ola telepática. ¿Te parece un concepto alucinante,
Owen?
—Sí.
Kurtz asintió sin levantar la cabeza, mientras frotaba.
—Aunque más el concepto que la realidad. ¿Eso también te lo parece?
Owen se rió. El viejo no había perdido ni un ápice de su capacidad de sorprender.
A veces, refiriéndose a personas inestables, se decía que «no juegan con todas las
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