Page 547 - El cazador de sueños
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cafeína.
Kurtz meditó. Owen sabía que su presa había parado, al menos un rato. Ahora
Owen y Henry acelerarían para aprovechar al máximo el margen de entre noventa y
cien minutos. Por lo tanto, también debían acelerar ellos.
Los polis que se cruzaran en su camino tendrían que morir.
Dios los tuviera en su gloria. El desenlace, fuera cual fuese, estaba cerca.
—Freddy.
—Sí, jefe.
—Pisa a fondo. Dale caña a este trasto, y que te lo pague Dios. Venga, a fondo.
Freddy Johnson hizo lo que le ordenaban.
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