Page 42 - Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA.
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Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA. | F. V. R.



                  De cuando se puso en funcionamiento el servicio de energía eléctrica
                                              en el pueblo de Altagracia


                  A
                             ún  se  recuerdan  aquellos  días  cuando  el  pueblo  dependía  de  los  servicios  de

                             “Joche” o de “Rimple”, para que las noches gracitanas no fueran tan tenebrosas

                             y  llenas  de  espanto  o  aparecidos,  es  decir,  aún  recordamos  la  vieja  planta
                  eléctrica cuya virtud fue llevar alumbrado eléctrico a las humildes casas y hogares, aunque

                  en  un  horario  limitado (de  6  a  10  pm),  siendo  así  que  a  partir  de  las  6  de  la  tarde  era
                  frecuente oír las voces en el pueblo: “Luz casa”, “Luz calle”… aún se recuerda aquel señor

                  que en su carrito viejo venía de Santa Ana a poner en funcionamiento las ya carcomidas

                  turbinas que generaría luz para todo el pueblo.

                         Pero aquella historia es hoy página pasada. El gobierno central se hizo presente a

                  través de sus más conspicuos representantes regionales, y al fin llegó el día de poner en
                  funcionamiento  el  servicio  del  fluido  eléctrico  que  acabaría  definitivamente  con  aquella

                  penuria que padecían los pobladores de ese pedazo de isla conocido  todavía como  “Los

                  Hatos”.


                         Por supuesto que aquello fue todo un acontecimiento. Los dirigentes del partido de
                  turno estatal, el partido de las dos letras, como solía identificar a Acción Democrática el

                  recordado  “Ventura  Chureque”,  optaron  por  organizar  una  majestuosa  celebración  que
                  serviría para agradecer al gobierno central  “tal bondad”, como para hacer un poco de su

                  acostumbrado proselitismo político. Es así como deciden preparar, para la fecha inaugural,
                  un  solemne  acto  con  la  intervención  de  los  diferentes  jefes  y  secretarios  distritales  del

                  partido, más algunas participaciones de músicos, cantantes y declamadores locales.


                         El  escenario  sería  una  tarima  armada  en  todo  el  frente  de  la  sede  del  partido,

                  ubicado en una  casa adyacente a la plaza Sucre y frente al hoy edificio “Mamatina”, en
                  plena calle principal, esquina con la calle “9 de diciembre” (El Copey). Desde allí y muy

                  temprano  comenzó  la  convocatoria  al  pueblo  para  que  entusiasmadamente  asistiera  a
                  agradecer  con  su  presencia  al  gobierno  tan  magna  obra.  La  invitación  la  hacía  Roberto

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