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Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA. | F. V. R.
De aquella acalorada discusión que sostuvieron en una esquina de la
plaza Sucre los coterráneos Leopoldo “Polo” Velásquez (Polo el de
Elvira Gómez) y Augusto Marín (el hombre de Carmela la de
Valentina Ordaz)
E
l gracitano es por naturaleza polémico, por lo que es frecuente encontrarnos con
verdaderas discusiones, a veces muy acaloradas, por la pasión que las personas
que discuten le imprimen, como aquella que sostuvieron Polo o Leopoldo
Velásquez (Polo el de Elvira Gómez o como cariñosamente se le dice “Polo Loco”) y el
señor Augusto Marín (el esposo de Carmela la de Valentina Ordaz), acerca de quién fue
mejor jugando al campo corto en las Grandes Ligas entre Luis Aparicio y Alfonso “Chico”
Carrasquel. En dicha discusión, por supuesto que quedaron en evidencia los precisos y
grandes conocimientos que ambos poseían en relación al tema discutido; allí salieron a
relucir los nombres de David Concepción (el rey David), Omar Vizquel y hasta el de
Oswaldo Guillén, además el de Teodoro Obregón, este último comparándolo más bien con
aquel campo corto magallanero, Pantaleón Espinoza. -Mira chico, argumentaba Leopoldo,
si es verdad que todos ellos fueron excelentes campo corto, pero aquí en el pueblo hubo un
hombre que destacó en esa posición jugando para el equipo “Ron Altagracia”, no podemos
olvidar lo bueno que fue jugando en el campo corto Virgilio Borrego, ese hombre las cogía
de ambos lados y tenía una precisión en el tiro a primera base, comparable con el Chico
Carrasquel en sus tiempos.
Otra acalorada discusión que se recuerda fue aquella que sostuvo Hiram Mata el de
Chela contra la opinión de Alfredo García en plena plaza pública (Plaza don Miguel
Marín), después de haberse realizado la misa tradicional a Nuestra Señora de Altagracia. Se
le recuerda que fue un día jueves en la mañana; discutían acaloradamente estos dos cultos
caballeros acerca de la autoría de la canción venezolana “Moliendo café”. Hiram sostenía
que “indiscutiblemente el autor de esa famosa pieza venezolana era don Hugo Blanco”,
mientras que el guayanés Alfredo García, con tono más equilibrado y pausado,
argumentaba que “él en alguna parte había leído que dicha canción no era de Hugo Blanco,
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