Page 48 - Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA.
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Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA. | F. V. R.



                  comercializado  por  los  acaparadores  de  oficio,  quienes  golosamente  monopolizan  todo

                  cuanto extraían de aquellas húmedas y salitrosas redes.

                         -Bueno,  mi  hermano,  ¿qué  vamos  a  hacerle?,  así  es  la  vida,  dijo  Picho  con  la

                  resignación  propia  de  los  ancianos,  dirigiéndose  a  Segundo,  quien  ya  comenzaba  a
                  inquietarse ante tantas frustraciones.


                         Picho, con voz ronca pero decidida, le dice a Segundo, su hermano y compañero fiel

                  de aquella verdadera odisea, -ya no nos queda más remedio, hermano, que subir al Cerro de

                  la Valla, allá vive un compadre y algo nos daría para meter en nuestros mapires.

                         Efectivamente, en la Valla residía el señor Lorenzo Payo, compadre de sacramento

                  de Picho Chachacho, así que decididamente se encaminan a subir aquella cima (ya el día
                  comenzaba  a  enseñar  su  festivo  ambiente  dominical  en  aquella  soleada  playa  donde  el

                  bullicio de la gente impregnaba al ambiente pesquero y por demás margariteño).


                         Aquellos dos fieles hermanos se disponían a subir la empedrada, tupida y boscosa

                  cima de la Valla, jamás perdieron la fe, el entusiasmo y el optimismo eran sus silenciosos
                  compañeros de viaje.


                         Segundo marchaba a la vanguardia, seguido muy de cerca por su hermano Picho,
                  quien solo así se percató que el mapire de aquel era algo más grande de tamaño que el suyo.

                  -Pero,  ¿qué  más  da?,  pensó,  pa’  lo  que  llevan  adentro,  ¿qué  importa  el  tamaño  de  esos

                  mapires?,  igual  es  que  el  mío  sea  más  pequeño  que  el  de  él,  reflexionó,  mientras  subía
                  apartando las malezas y hacía caminos en aquella cuesta que ya había sido devorada por la

                  diminuta figura corpórea de su hermano Segundo.


                         Al fin avistaron el rancho contiguo a la casita donde habita el señor Lorenzo Payo
                  (compadre de Picho). Allí, en el lugar destacaba un nutrido corral de diferentes aves, donde

                  convivían  gallinas, pollos, patos, gallos de diferentes plumas (giros, zambos, marañones,
                  varios  gallos  culí),  pero  sobresalía  entre  todos  un  pavo  de  pintorescas  plumas  que  se

                  exhibía  como  orgulloso  de  su  vistoso  plumaje  multicolor,  el  cual  cautivó  a  ambos

                  visitantes.  -¡Carajo,  qué  animal  tan  hermoso,  mi  hermano,  qué  rareza  de  plumas,  jamás
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