Page 49 - Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA.
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Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA. | F. V. R.



                  había  visto  algo  igual  de  bello!,  dijo  Picho,  dirigiéndose  a  Segundo,  quien  también  se

                  impresionó con el colorido y hermosura de aquel llamativo animal.

                         Lorenzo Payo, ya unido a los cansados visitantes, después del saludo de rigor como

                  buen anfitrión margariteño, les invita a que lo sigan hasta la casa para que tomen aunque
                  sea un poco de café recién colado, además que les ofrece para que lleven en sus mapires

                  sendas auyamas y algunos topochos tiernos propicios para sancocho de pescado. Segundo

                  prefiere quedarse en el corral contemplando las aves que allí estaban, mientras que Picho
                  acepta la invitación de su compadre, éste gentilmente coloca en el mapire de su compadre

                  dos auyamas de regular tamaño y algunos topochos, insistiendo que eran ideales para un
                  sancocho de pescado fresco.


                         Llegada la hora de la despedida, Segundo se queda rezagado y no se acerca a la casa

                  donde estaban su hermano Picho y el señor Lorenzo. Se despiden amablemente del buen
                  anfitrión, quien insiste en que compartan el regalo que él les hizo en ambos mapires, pero

                  Segundo le dice con mucha humildad que eso es lo mismo, compartirían al llegar a la casa

                  de Picho y se niega a bajarse el mapire que pende de su cuello.

                         Los dos hermanos se encaminan buscando la mejor trocha que los conduzca o los

                  acerque al camino real… y habiendo bajado el portachuelo, ya se avistaban las casas de

                  Pueblo  Nuevo, Picho dirigiéndose a Segundo  le dice:  -Oye,  mi hermano, llevo ese  pavo
                  metido entre los ojos, ¡qué animal tan bello!, lo llevo entre la vista, a lo que Segundo le

                  responde: -Ah, pues, tú lo llevas entre los ojos y yo lo llevo aquí dentro del mapire. Solo así
                  Picho  se  percató  que  algo  se  movía  dentro  del  mapire  de  Segundo,  mientras  los  dos

                  hermanos celebraban la ocurrencia de Segundo.
















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