Page 53 - Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA.
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Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA. | F. V. R.
mujer de Chico el de Benita), gracias Lucho, que Dios te lo pague, mijo, dijo Cayita muy
solemnemente.
Pero Cayita, con cierta pena, interroga a Lucho. -Bueno, si se llamaba José Manuel
como usted dice, ¿por qué no lo llamaban Chemané como el hombre mío?, que también se
llama José Manuel, y dígame otra cosa, señor Lucho, ¿por qué le decían el Mocho, ah?
-¡Ahhhh, bien!, contesta Lucho muy pacientemente, vamos por parte, yo no sé por
qué no lo llamaban Chemané como a su esposo, señora, pero lo de Mocho, creo haber leído
por ahí alguna vez, que ese general José Manuel Hernández había perdido algunos dedos de
una de sus manos por cuya razón le pusieron el apodo de El Mocho, como era ampliamente
conocido en toda Venezuela. Aquellas dos hermanas nuevamente vuelven a expresarle a
Lucho su agradecimiento y éste se encamina hacia la tarima donde debía actuar en una
nueva edición del “Canto a Altagracia”, aquél jueves de un año, con apenas tres días
transcurridos.
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