Page 44 - Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA.
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Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA. | F. V. R.
necesidades”…”, y acto seguido, aquel secretario distrital del partido Acción Democrática,
argumentó: -¡Pueblo, ya tenemos la Luz, ahora sólo nos falta por buscar la Moral. De
inmediato se oyó la voz estrepitosa de Goyo el de María Jacinta, cuando casi con un grito,
expresó: -¡Ah Neneoooo!, ¡mayor cagada!, carajo, ¡que bolas, que ignorancia!, y
repentinamente apareció por una esquina donde se celebraba aquel acto, como un rayo,
muy fúrico, el señor Hilario Quijada, quien llamando ofuscadamente al único agente de
guardia que resguardaba el orden público, le ordenó con voz imperativa: -¡Detengan a ese
joven, llévenselo y por lo menos métanle 48 horas de arresto!, por saboteador y alterar el
orden público.
Pero ya Goyo se había ido caminandito hacia el callejón de Juana de Dios y,
tomando la vereda de María Rancho, fue a dar a la Calle Presente Quijada, donde lo
aguardaba Angel Lárez, quien lo hace subir a la “barra” de su bicicleta y lo conduce hasta
el patio de la casa de Petra la de Ancelma, sitio que le serviría a Goyo de verdadera
“concha”. Allí, en el patio del fondo de Petra la de Ancelma, reunidos Beto González,
Ángel el de Gacha Lárez, Vivina, Alejandro el Manglero, Ramón el de Simonita, Tello el
de Bernardo, entre otros, celebraban con risas y comentarios aquella barbaridad del
secretario distrital del partido Acción Democrática, al confundir la luz del entendimiento
humano al que se refirió el Libertador Simón Bolívar, con la luz del fluido eléctrico que
estaban inaugurando aquel día; fue cuando Raúl el de Petra la de Ancelma, al enterarse de
aquello, expresó: -Eso no se le ocurre ni a Pichito; mientras el grupo de amigos allí
reunidos continuaban celebrando la rebeldía y valentía de aquel perseguido y amenazado
joven, además de la ocurrencia de Raúl cuando supo la barbaridad del político.
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