Page 28 - Osho - El Equilibrio Cuerpo Mente_Lucid
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vida es así. No puedes prepararla, no puedes tenerla prevista. Ésa
es su hermosura, ése es su milagro, que siempre te coge
desprevenido, siempre llega por sorpresa. Si te das cuenta, verás
que cada momento es una gran sorpresa y nunca se puede aplicar
una respuesta preconcebida.
Yo te enseño simplemente una ley intrínseca de la vida.
Obedece a tu propio ser, sé luz por ti mismo y si sigues esa luz
nunca te surgirá este problema. Así, hagas lo que hagas, será lo
adecuado, y lo que no hagas es lo que no debías de haber hecho…
La única manera de estar en contacto con la vida, la única
manera de no quedar rezagado, es tener un corazón que no se
siente culpable, un corazón que es inocente. Olvida todo lo que se
te ha dicho –lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer- nadie
más puede decidirlo sino tú.
Evita a los que pretenden decidir por ti; toma las riendas con
tus propias manos. Tú debes decidir. De hecho, en el proceso de tal
decisión, nace tu alma. Cuando otros deciden por ti, tu alma se
queda adormecida y apagada. Cuando empiezas a decidir por ti
mismo, surge la perspicacia. Decidir significa correr riesgos, decidir
significa que puedes equivocarte, quién sabe, ése es el riesgo. ¿
Quién sabe lo que va a pasar? Ése es el riesgo, no hay garantía.
Con lo viejo, existe una garantía. Millones y millones de
personas ya lo han seguido. ¿Cómo puede equivocarse tanta gente?
Ésa es la garantía. Si tanta gente ha dicho que es bueno, así debe
ser.
Corre todos los riesgos que se necesitan para ser individual,
acepta los desafíos para que te aporten la brillantez e inteligencia
necesaria.
La verdad no es una creencia, es inteligencia absoluta. Es un
fogonazo del origen oculto de tu vida, es una experiencia
iluminadora de tu consciencia. Pero tendrás que aportar el espacio
adecuado para que ocurra. Y ese espacio adecuado es aceptarte a ti
mismo como eres. No niegues nada, no te dividas, no te sientas
culpable.
Despréndete del sufrimiento
Debería ser fácil deshacerse del sufrimiento, de la angustia,
de la desdicha. No debería ser difícil: no quieres ser infeliz, por lo
que deben existir detrás serias complicaciones. La complicación es
que desde la niñez no se te ha permitido ser feliz, sentir gozo,
disfrutar.
Se te ha obligado a ser serio y la seriedad implica tristeza. Se
te obligó a hacer cosas que nunca quisiste hacer. Eras indefenso,
débil, dependiente de la gente; por supuesto, tenías que hacer lo
que ellos dijeran. Hiciste todo aquello de mala gana, tristemente, a
la fuerza. En contra de ti mismo se te ha obligado a hacer tanto,
que poco a poco una cosa te ha quedado clara: que todo lo que