Page 104 - Deepak Chopra - Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo.
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         pensamiento contenga mucha resistencia y hasta enojo, porque nadie vive de modo perfecto y cuesta
         creer que todo esté funcionando como debería. (Respuestas típicas: «¡Estupideces!», «Esto es una
         tontería», «¡No!») Si tu reacción expresa una emoción similar, es sincera.
            Ahora, sin detenerte, escribe otra vez la afirmación, cierra los ojos y vuelve a anotar las primeras
         palabras que te vengan a la mente. No te detengas a analizar tu reacción. Continúa con el ejercicio
         hasta  que  hayas  repetido  la  afirmación  y  tu  respuesta  doce  veces  .Te  sorprenderá  lo  mucho  que
         cambian tus reacciones; en la mayoría de los casos, la última respuesta será mucho más positiva que
         la primera. Esencialmente, este ejercicio te permite espiar los niveles más profundos de tu conciencia.
            La mayoría de las personas tienen la resistencia más fuerte en la superficie de la mente, pues allí
         es  donde  operan  sus  reacciones  más  públicas  y  circunspectas.  Tu  yo  social,  el  que  se  comporta
         como se espera de ti, es superficial; fue adiestrado principalmente para causar buena impresión y no
         revelar demasiado. Estas capas superiores de tu conciencia no responderán muy profundamente a
         declaraciones  tan  potentes  como  «Soy  amor».  Al  profundizar  tocamos  planos  de  frustraciones,
         deseos y emociones contenidas más recientes. Cuando tocas esas capas pueden surgir reacciones
         inesperadas   o  irracionales.  La  declaración  «Soy  amor»  puede  activar  un  arranque  furioso  que  se
         relacione con un episodio reciente en el que no te sentiste amado, por cierto.
            Más  hondo   aún  están  las  capas  donde  se  guardan  tus  sentimientos  más  atrincherados.  Si  te
         sientes  básicamente  indigno  de  amor,  en  este  nivel  podría  haber  mucho  dolor  y  resistencia.  Pero
         debajo del condicionamiento más rígido existe una capa de conciencia que concuerda sin vacilar con
         las palabras «Soy amor».
            Si puedes amar y ser amado es porque esta capa de tu conciencia evoca ese sentimiento; es allí
         donde se conocen los valores humanos más profundos. Sin ese conocimiento (no sólo del amor, sino
         de la belleza, la compasión, la confianza, la fuerza y la verdad), estas palabras carecerían de signifi-
         cado. El amor es parte de la naturaleza humana esencial. Lo reconocemos porque vibra en nosotros,
         por  muy  debajo  del  plano  consciente  que  esté.  Poder  vivir  a  partir  de  este  plano  brinda  una
         satisfacción  completa,  pero   eso  sólo  ocurre  cuando   resuelves  las  capas   de  conflictos  y
         contradicciones que constituyen tu resistencia.
            Cuando   te  resistes  al  flujo  de  la  vida,  a  lo  que  en  verdad  te  estás  resistiendo  es  a  tu  propia
         naturaleza  interior,  pues  todo  lo  que  nos  pasa  es  un  reflejo  de  lo  que  somos.  Esto  no  es  una
         afirmación mística, sino parte del aparato de la percepción. Percibir es captar el significado de algo.
         Una roca no es roca a menos que estés familiarizado con el concepto de roca; de otro modo, la roca
         sería un dato sensorial sin significado, como la escritura arábiga o rusa si no entiendes esos idiomas.
         Debes aprender un idioma extranjero y debes conocer todos los objetos que están «allí fuera», en el
         mundo. Pero no tienes obligación de aprender a existir. Existir es algo que se produce naturalmente;
         tener  un  sistema  nervioso  humano  es  existir.  Incluida  en  ese  sistema  nervioso  viene  la  conciencia
         humana, el saber que eres humano como opuesto a formar parte de otra especie.
            Con este conocimiento surgen los sentimientos primordiales que nos hacen responder al amor, la
         confianza,  la  compasión  y  los  otros  estados  de  sensación  esenciales.  Son  nuestro  comienzo,  pero
         también son lo que buscamos, porque cada uno de ellos puede crecer. Vivir desde el plano de con-
         ciencia  que  dice  «Soy  amor»  significa  vivir  desde  un  nivel  donde  el  amor  puede  crecer.  En  las
         primeras  etapas  de la evolución personal, casi todos dudan de estos estados esenciales. No están
         seguros de ser dignos de amor, confiados, fuertes, valiosos, etcétera. No puedes saber nada de estos
         estados   tratando  de  probarlos  ante  ti  mismo.  Si  intentas  obtener  amor  actuando  bien,  siendo
         simpático, aprendiendo el juego del atractivo social, etcétera, siempre terminas en el fracaso, porque,
         cuando dejas de comportarte como te han enseñado, la actitud básica que resta es la duda, que fue
         tu punto de partida. El fin de la búsqueda de amor está más allá de la conducta, pues a su debido
         tiempo  la  mente  decide  mirar  hacia  dentro;  cuando  lo  hace,  la  búsqueda  se  transforma  en  una
         búsqueda del yo esencial, el yo que sabe que «Soy amor». En todos los lados de tu conciencia existe
         la verdad sobre ti mismo, pero después de retirar todas las capas de la cebolla ésta es la verdad más
         básica:  eres  amor,  eres  compasión,  eres  belleza.  Eres  la  existencia  y  el  ser.  Eres  conciencia  y
         espíritu. Cualquiera de estas declaraciones se puede utilizar como afirmación, la cual, como lo insinúa
         la  palabra,  es  sólo  un  modo  de  afirmar  algo,  de  decir  sí.  La  técnica  es  sumamente  poderosa  para
         hacerte recordar tu naturaleza, pero más aún: te recuerda tu propósito, que es crecer hasta el punto
         en  donde   «Soy  amor»   esté  en  la  superficie  de  tu  conciencia,  no  sepultado  en  las  oscuras
         profundidades.
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