Page 108 - Deepak Chopra - Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo.
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         ataque cardiaco prematuro, una enfermedad fatal o un accidente, es probable que tú y yo lleguemos
         al  campamento   base  al  menos.  En  el  futuro,  llegar  a  cumplir  los  85  y  los  90  años  será  tan  común
         como   raro  era  en  el  pasado.  Los  periódicos  hablarán  de  personas  que  cumplen  los  100  años  con
         tanta frecuencia como ahora anuncian el nacimiento de gemelos. Sólo será considerado noticia que
         alguien llegue a los 110 años.
            ¿Imaginas   cómo   serás  el  día  en  que  cumplas  los  100  años?  Es  un  gran  salto  conceptual,
         comparable a pedir a un niño de dos años que se imagine en la edad madura. Pero imagínate con 50
         años (quizá ya estés allí) y luego trata de aprehender este hecho asombroso: el día en que cumplas
         los 50 años será el de tu segundo nacimiento. Con toda probabilidad, delante de ti se extiende una
         vida completa que durará al menos treinta años, o más, probablemente cuarenta, cincuenta y hasta
         sesenta   años.  Para  todas  las  generaciones  previas,  el  quincuagésimo  cumpleaños  marcaba  el
         momento    de  aminorar  la  marcha.  Los  hijos  ya  estaban  criados  y  en  la  universidad,  cuando  no
         casados y con hijos propios. La carrera era asunto resuelto y uno sabía bastante bien si era un éxito o
         un fracaso. El idealismo de la juventud se había desvanecido largo tiempo atrás; la crisis de los años
         medios estaba superada, ya como violenta tempestad o, con suerte, como lúgubres aguaceros que
         amenazaban en el horizonte.
            ¡Pero  nacer  a  los  cincuenta  años!  Poco  en  la  vida  nos  ha  preparado  para  esto.  Sin  embargo,
         según los estudios de un departamento sanitario de California, si la ciencia médica pudiera eliminar el
         único  riesgo  importante  de  la  arteriosclerosis,  la  expectativa  de  vida  en  término  medio  para  las
         mujeres de California ascendería a los 100 años... y hablamos de la media.
            Comparado con tu primer nacimiento, el que experimentarás a los 50 años tiene sus ventajas y sus
         desventajas. En ambos casos se abre una existencia completamente nueva y desconocida, pero la
         gran ventaja del segundo nacimiento es que puedes planear por anticipado. El primero se te arrojó sin
         previo aviso, incluidos dos perfectos desconocidos que resultaron ser tus padres, un cuerpo informe
         que  era  preciso  adiestrar  para  cumplir  las  tareas  más  simples  y  un  desconcertante  mundo  de
         imágenes y sonidos caóticos, con el que tu cerebro debió modelar algo que tuviera sentido. Hacia los
         50 años todo ese trabajo está hecho; ahora que se disipan rápidamente las temibles imágenes de la
         «vejez antigua», la obvia desventaja del segundo nacimiento, que es no tener un cuerpo nuevo, no
         será tan incapacitante. La enfermedad y la invalidez habrán sido postergadas, si no eliminadas por
         completo.
            Entusiasmado    por  las  posibilidades  de  planificar  toda  una  vida  nueva,  decidí  aprovechar
         seriamente  la  oportunidad.  Dejé  a  un  lado  todos  los  estereotipos  de  la  ancianidad  que  ahogan  la
         mente   y encaré mi segundo nacimiento (que está sólo a cuatro años de distancia) con una lista de
         deseos.  ¿Qué   pediría si pudiera vivir hasta los 100 años? De inmediato me vinieron a la mente los
         siguientes deseos:

            Quiero sobrevivir aún más tiempo, si es posible.
            Quiero mantenerme sano.
            Quiero una mente despejada y alerta.
            Quiero ser activo.
            Quiero haber alcanzado la sabiduría.

            Mientras  anotaba  estos  deseos,  ocurrió  algo  sorprendente:  todos  parecían  estar  a  mi  alcance.
         ¿Qué me impedía vivir todo lo posible? Mientras la vida sea grata, es natural desear seguir en ella.
         ¿Qué   me  impedía  gozar  de  buena  salud?  Sé  lo  que  debo  hacer  para  mantenerme  sano  ahora  y
         puedo   vivir  mañana  de  la  misma  manera.  Mi  mente  está  ahora  despejada  y  alerta; no hay motivos
         para que se entorpezca con el tiempo, siempre que yo no deje de utilizarla. Si siempre he sido activo,
         ¿por qué temer que algún día me dejaré caer en un sillón para no volver a levantarme? Y, si aún no
         he logrado la sabiduría, mejor así: se trata de un don que llega a su debido tiempo. Mis otros deseos
         no  tendrían  sentido  si  yo  no  esperara  que  esa  última  fruta  dorada  me  fuera  concedida  cuando
         estuviera listo.
            Con   esta  simple  lista  había  hecho  que  la  supervivencia  dejara  de  ser  una  amenaza  para
         convertirse  en  meta  deseable,  pues  en  mi  lista  había  cosas  que  yo  deseaba  mucho.  Según  las
         encuestas de opinión pública, el 80 por ciento de los estadounidenses responde que sí cuando se le
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