Page 105 - Deepak Chopra - Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo.
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EJERCICIO 3: VIVIR EN EL PRESENTE
Todo lo que piensas y sientes refleja lo que eres. Si piensas y sientes desde un nivel superficial de
conciencia, ése eres tú. Para bucear más hondo dentro de ti mismo y tener la suerte de llegar al sitio
donde eres amor, compasión, confianza y verdad, debes seguir el sendero de tus respuestas
actuales. Quien no se siente amado puede encontrar el amor en su forma más pura, pero deberá
abrirse paso por las capas de resistencia que bloquean la sensación del amor puro. Tus emociones
actuales reflejan el estado actual de tu sistema nervioso, con todas sus huellas pasadas. Cada vez
que tienes una experiencia, estas huellas entran en tu respuesta; esto significa que la mayoría de tus
reacciones son ecos del pasado. En realidad, no vives en el presente.
No obstante, al menos reaccionas en el presente, y es allí donde se inicia la búsqueda de tu
verdadero yo. Tus emociones son lo más centrado en el presente que tienes. Una emoción es un
pensamiento ligado con una sensación. El pensamiento suele referirse al pasado o al futuro, pero la
sensación está en el presente. Tu mente no tarda en vincular sensaciones con pensamientos, pero
cuando éramos bebés nuestras primeras experiencias y emociones se parecían mucho más a
sensaciones físicas. No teníamos inhibiciones ni lo pensábamos dos veces antes de Dorar cuando
estábamos mojados o sentíamos frío, soledad, miedo, etcétera. Nuestra mente no conocía esas po-
derosas palabras: «malo» y «no». «Malo» te enseña que ciertos pensamientos son vergonzosos;
«no» te enseña a resistirte a tus propios impulsos.
Después vinieron palabras e interpretaciones más complejas. Ya adultos, cuando nos negamos la
experiencia inmediata de una emoción, la mente levanta un biombo de palabras y esto nos saca del
presente, para arrojarnos ya al pasado, ya al futuro. Sentir una emoción total y completamente,
experimentarla y luego dejarla ir, es estar en el presente, el único momento que nunca envejece.
Despojadas hasta lo básico, las emociones sólo despiertan dos sensaciones: dolor y placer. Todos
queremos evitar el dolor y buscar el placer; por lo tanto, los complejos estados emocionales en que
nos encontramos son el resultado de no poder obedecer a esos impulsos básicos. El psiquiatra David
Viscott ha reducido la complejidad emocional a un simple ciclo que se repite incontables veces en la
vida de todo el mundo. Este ciclo se inicia en el presente, donde sólo se siente dolor y placer, y
termina con complejos sentimientos centrados exclusivamente en el pasado, tales como la culpa y la
depresión. El ciclo de emociones es el siguiente:
El dolor en el presente se experimenta como ofensa.
El dolor en el pasado se recuerda como enojo.
El dolor en el futuro se percibe como ansiedad.
El enojo inexpresado, redirigido contra uno mismo y contenido dentro, se llama culpa.
El agotamiento de energía que se presenta cuando el enojo se redirige hacia dentro crea la
depresión.
Lo que este ciclo nos dice es que el sufrimiento acumulado es responsable de una amplia gama de
malestares psicológicos. Las heridas sepultadas se disfrazan de enojo, ansiedad, culpa y depresión.
La única manera de tratar estas capas de dolor es averiguar qué hiere cuando se presenta el dolor,
resolverlo y continuar adelante. Vivir en el presente significa tener la honestidad de evitar la emoción
fácil, que es el enojo, y exponer el dolor, que es más difícil de enfrentar. Cuando el dolor no se
resuelve en el presente, la cruel acumulación de enojo, ansiedad, culpa y depresión no puede sino
empeorar.
El ejercicio consiste en aprender los pasos para sentir en el presente:
1. Comprende que el dolor es el sentimiento negativo más básico. No puedes estar en el
presente sin estar dispuesto a sentirte herido.
2. Permanece con tus sensaciones. No cedas al impulso de negar lo que sientes o de convertirlo
en enojo.
3. Di lo que sientes a la persona que provocó ese dolor.
4. Resuelve tu emoción y continúa adelante.