Page 106 - Deepak Chopra - Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo.
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            Éste puede parecer un ejercicio de sufrimiento, pero en realidad es un ejercicio de libertad. Sufrir
         no es agradable, pero sí real. Te pone en el presente, mientras que las reacciones condicionadas de
         enojo, ansiedad, culpa y depresión te sacan de él. Una vez que estás en el presente, puedes seguir el
         rastro  de  tus  emociones  hasta  su  fuente,  que  no  es  dolor  sino  amor,  compasión,  verdad...  el
         verdadero tú.
            El sufrimiento no tiene finalidad alguna, salvo la de guiarte hasta tu verdad. En sí y por sí, el dolor
         sólo vale como señal que te sacará del dolor. Cuando un bebé sufre, llora, saca el sufrimiento de su
         organismo   y  luego  se  relaja.  Vuelve  al  estado  básico  del  cuerpo,  que  es  placer,  tranquilidad  y  co-
         modidad.  Si  quieres  sentir  esas  cosas  basta  con  que  seas  tú  mismo,  pero  ser tú mismo significa ir
         más allá de la tendencia a reprimir o desviar tus emociones, cosa que todos aprendimos en la primera
         infancia.
            Llegar  al  momento  concentrando  tu  atención  en  el  dolor  te  permite  liberarte  de  él  en  cuanto  se
         presenta. Esa liberación se produce naturalmente (es lo que el cuerpo desea hacer) y la atención es
         el poder curativo que la activa. Concentrar la atención en tus sentimientos te aproxima más al estado
         de  testigo;  observas  el  sufrimiento  sin  dejarte  envolver  en  las  actitudes  secundarias  que  suelen
         seguir: culpa, evasión y negativa. En el acto de ser testigo se torna posible la penetración psicológica.
         Se  requiere  objetividad  para  lograr  comprensión;  si  te  dejas  atrapar  por  el  sufrimiento  no  verás  el
         motivo  oculto  tras  él.  Hoy  nadie  puede  herirte  sin  activar  una  herida  de  tu  pasado.  Tienes  que
         comprender eso a fin de encontrarte.
            Cuando   aprendas   a  decir:  «Me  siento  herido»  y  a  estar  realmente  con  ese  sentimiento,  se
         desarrollará  una  mayor  franqueza.  Las  emociones  que  nos  asustan  son  las  complejas  porque
         abruman el mecanismo natural de liberación. No puedes desprenderte simplemente de la culpa o la
         depresión.  Son   formaciones  secundarias   que  surgen  una  vez  que  olvidas  cómo  liberarte  del
         sufrimiento.
            Cuanto más sufrimiento sientas francamente, más cómodo estarás con el dolor, porque crecerá la
         capacidad de desprenderte de él. A medida que esto ocurra, te sentirás más cómodo con tus otras
         emociones.   (Para  una  mente  bloqueada,  las  emociones  «positivas»  como  el  amor  y  la  confianza
         suelen  presentar  la  misma  dificultad  que  las  negativas,  como  el  odio  y  la  desconfianza.  Las  viejas
         heridas  no  resueltas  las  eluden  a  ambas.)  Si  te  sientes  cómodo  con  tus  emociones.  no  te
         enmarañarás tanto con las ajenas. En vez de culpar a los que te hieran podrás perdonarlos.
            Las lecciones de este ejercicio son muy profundas:

            ·  Todos actuamos desde nuestro propio plano de conciencia. Eso es todo lo que podemos exigir
             de  nosotros  mismos  y  de  los  demás. Por mucho que alguien nos hiera, está haciendo lo mejor
             que puede, dados los límites de su conciencia.
            ·  El perdón a los demás sólo viene cuando puedes liberarte de tu propio sufrimiento. Cuanto más
             completa sea tu liberación, más sincero será el perdón.
            ·  Nadie puede realmente herirte, a menos que tú le des el poder de hacerlo. Este poder radica en
             tu propio dolor no resuelto. Puedes asumir el control del antiguo dolor y reclamar poder sobre tus
             emociones. Mientras no lo hagas, tus sentimientos continuarán movidos según el capricho de los
             otros.
            ·  Los  acontecimientos  exteriores  no  tienen  el  poder de hacerte sufrir. El sufrimiento se produce
             cuando tu mente hace su interpretación. Puedes vivir más allá de la interpretación, en un estado
             de testigo, la conciencia pura e intocable que es el verdadero tú.

            Una vez más, la razón por la que este ejercicio derrota al envejecimiento es porque te devuelve al
         presente, y la conciencia del momento presente nunca envejece. Es la misma a los 5 o a los 85 años.
         El descubrimiento de la libertad en el presente abre la puerta para la experiencia permanente de la
         atemporalidad,  en  la  que  pasado,  presente  y  futuro  se  revelan  como  ilusiones  comparados  con  la
         verdadera realidad, que es siempre aquí y ahora.
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